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Berlusconi, investigado ahora en Roma por supuestas presiones sobre la RAI

EFE

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, fue inscrito hoy en el registro de indagados de la Fiscalía de Roma por la investigación abierta bajo la hipótesis de concusión y amenazas por supuestas presiones para el cierre de un programa de la televisión pública, RAI, muy crítico con su persona.

Según informaron fuentes judiciales, la Fiscalía de Roma decidió mantener las mismas hipótesis de delito por las que ya abrieron expediente las autoridades de la sureña localidad de Trani, donde comenzó la investigación antes de que ésta se trasladara a la capital italiana.

Berlusconi, quien tiene en curso dos procesos judiciales por supuesta corrupción en acto judicial y fraude fiscal, afronta ahora un nuevo escándalo relacionado con la Justicia a pocos días de que se celebren las elecciones regionales de los próximos 28 y 29 de marzo.

El pasado 12 de marzo el diario "Il Fatto Quotidiano" destapaba la investigación que había iniciado la Fiscalía de Trani, en la que también estaban incluidos el director de informativos de la RAI 1, Augusto Minzolini, y el comisario de la Autoridad Garante de las Comunicaciones (Agcom) Giancarlo Innocenzi.

La apertura de expediente se produjo en base a escuchas telefónicas realizadas por otra investigación y en las que Berlusconi hablaba de "Annozero", un programa de debate que se emite en la RAI 2 en el que se vierten comentarios muy críticos con el primer ministro y que invitaba "de modo muy explícito" a cerrar.

Según las fuentes judiciales, las hipotéticas presiones del primer ministro italiano pudieron ser llevadas a cabo sobre Innocenzi, miembro del organismo que garantiza el correcto funcionamiento y la transparencia de las comunicaciones en Italia.

La investigación de la Fiscalía de Trani, según explicó en su día "Il Fatto Quotidiano", surgió de una denuncia de un usuario de tarjetas de crédito a American Express en Italia por la aplicación de "tasas usureras".

En esa investigación, alguien aseguraba en una conversación telefónica interceptada tener contactos en los servicios informativos de la RAI 1 para evitar que el asunto de las tarjetas de crédito saliera a la luz y de ahí el fiscal fue tirando hasta llegar a Berlusconi, según el rotativo.

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