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BP acelera la carrera para frenar el vertido en medio de una polémica por el uso de químicos

EFE

La empresa British Petroleum (BP) selló hoy una de las fugas de crudo en el Golfo de México y prevé instalar una gran estructura para capturar el petróleo en "unos tres días" en medio de una creciente polémica por el uso de químicos disolventes.

Tanto BP como la Guardia Costera estadounidense insistieron este miércoles en que el taponamiento de uno de los tres escapes no detendrá el flujo total de petróleo, que se estima ronda los 800.000 litros diarios, más de 5.000 barriles de crudo.

La medida sí facilitaría, según BP, concesionaria de la plataforma que se hundió el 22 de abril tras una explosión en la que murieron once trabajadores, la instalación de la gigantesca estructura de acero y cemento sobre la principal fuente del derrame.

Se espera que el "contenedor" en forma de cúpula, que se cargó ayer en un barco para su transporte a la zona donde se encontraba la plataforma siniestrada a unos 80 kilómetros en alta mar, llegue hoy a su destino.

Una vez instalada en el suelo marino, "en unos tres días", BP iniciará un proceso de pruebas para determinar la eficacia de la estructura, en la que se acumularía el petróleo que se bombearía a continuación a un barco en la superficie mediante una tubería.

"Este sistema está diseñado para ayudar a capturar el petróleo en el suelo marino y recolectarlo de forma segura para su procesamiento", afirmó hoy la empresa en un comunicado.

El éxito de la operación dista de estar asegurado al tratarse de un experimento pionero a 1.500 metros de profundidad donde la cúpula contenedora afrontará una gran presión.

"No sabemos con certeza si el equipo funcionará", reconoció ayer Bill Salvin, un portavoz de BP, quien añadió, de todos modos, que la prevista instalación brinda la mejor oportunidad para contener un vertido que amenaza con provocar un desastre ecológico.

En su esfuerzo para impedir que el crudo fluya a la superficie y avance arrastrado por el viento hacia las frágiles costas del estado de Luisiana y otros estados sureños, BP rocía a diario miles de litros de químicos para disolver el crudo a medida que va fluyendo del pozo submarino.

Tanto la empresa como la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA) defienden el uso de los químicos, que deshacen el petróleo en pequeñas partículas que después atacan las bacterias marinas, e insisten en que la toxicidad de los disolventes es "bastante baja".

Pero científicos expertos en temas marinos y grupos ecologistas cuestionan la benevolencia de esa inyección masiva de químicos.

"Lo que no entendemos es el impacto de esa sopa tóxica en los organismos marinos que entran en contacto con ella", dijo hoy al diario Wall Street Journal Regan Nelson, de la organización medioambiental Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales.

Similares preocupaciones comparte Terry Hazen, un científico de la Universidad de California en Berkeley.

"La concentración de detergentes y otros químicos para limpiar sitios contaminados por vertidos de crudo puede provocar sus propias pesadillas medioambientales", afirmó el experto en declaraciones que recoge el canal de televisión Fox News en su página web.

"Algunos de los detergentes que suelen usarse son más tóxicos que el propio petróleo", insistió Hazen, quien cree que en ese caso es mejor dejar a los microbios que hagan su trabajo.

El científico recordó el vertido del petrolero Amoco Cádiz que provocó una catástrofe ecológica frente a las costas de Bretaña en marzo de 1978.

La magnitud de la mancha hizo que sólo se tratara con químicos aquellas áreas en las que el impacto económico era mayor, mientras que el vertido en las zonas más remotas no fue tratado.

Hazen destacó que "las áreas costeras no tratadas se recuperaron plenamente en el plazo de cinco años", mientras que las que sí fueron sometidas a tratamiento químico seguían sin recuperarse 30 años después.

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