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Brown quiere desligar los bonus de la especulación

Pide que los incentivos se basen en el éxito a largo plazo

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

Gordon Brown no ha renunciado a que el G-20 imponga normas más estrictas en la política de remuneración de los directivos bancarios, incluidos los denigrados bonus. Pero con respecto al inicio de la crisis, el primer ministro británico ya no suena tan contundente y se ha visto superado por los gobiernos francés y alemán.

En una entrevista en Financial Times, Brown establece dos principios. El primero es que bonus y salarios 'tienen que fundamentarse en el éxito del banco a largo plazo, y no en las ganancias especulativas obtenidas en un corto espacio de tiempo'. Además, dice, los bonus deberían ser reversibles: si en el segundo año, los resultados del banco son malos, los ejecutivos tendrían que ver recortados sus ingresos.

El premier británico intenta mantener el equilibrio entre la defensa de Londres como uno de los grandes centros financieros del planeta y la necesidad de acotar los riesgos exagerados de la banca de inversión.

Brown ha hablado mucho de bonus en los últimos meses. Su expediente de decisiones concretas está aún vacío. Una vez más, los bancos se han movido más rápido que los gobiernos. Barclays y HSBC, los bancos con mayores beneficios en el último trimestre, han vuelto a las viejas prácticas al calor de los grandes beneficios logrados por los departamentos de banca de inversión.

Barclays negocia con algunas estrellas norteamericanas de JP Morgan para atraerlos al Reino Unido con ofertas que incluyen bonus a largo plazo, precisamente el tipo de remuneración que Brown cree que no debería existir.

En la entrevista, el periodista le pide al primer ministro que confirme que está a favor de las ideas restrictivas sobre los bonus hechas públicas por Nicolas Sarkozy, pero Brown lo niega sin detenerse a explicar por qué piensa que los franceses están yendo demasiado lejos.

¿Cómo impedir que los bancos ignoren las recomendaciones del poder ejecutivo? Brown sugiere que los gobiernos podrían imponer a las entidades rebeldes la obligación de recapitalizarse si estuvieran asumiendo un riesgo excesivo, tanto para sus accionistas como para la economía en su conjunto.

En estas condiciones, no será fácil medir exactamente cuándo se alcanza ese nivel de riesgo. 'Hay un debate legítimo sobre cuál sería la proporción de los bonus y de todas las remuneraciones en relación a los ingresos y beneficios de una compañía', dice Brown. Cuando un político dice que existe un debate sobre un tema espinoso es que todavía no está seguro de cuál es la solución apropiada.

 

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