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Caja Duero pide ayudas en la unión con Unicaja

Los tres planes de recapitalización de la caja castellana incluyen acudir al FROB

M. ALBA / V. ZAFRA

El estado de las cuentas incita a pensar que Unicaja integrará a Caja España-Duero sin la respiración asistida del FROB. Esa es la intención de Braulio Medel, presidente de la caja malagueña y del futuro banco que surja de la unión. Sin embargo, la bombona de oxígeno de dinero público aparece en los tres planes de recapitalización, incluido el de la fusión con la caja malagueña, que la entidad castellanoleonesa envió al Banco de España para cumplir con los requisitos de solvencia del nuevo decreto que reorganiza el sector financiero español.

'Por el momento, el FROB es sólo un recurso que no parece que vayamos a utilizar, pero que lo mismo tenemos que acudir a él tras el resultado final de las auditorías', explican un par de consejeros de Caja España-Duero. En el últimos mes, Boston Consulting y KPMG, auditores de malagueños y castellanoleoneses, respectivamente, llevan cruzando datos de ambas entidades, que firmarán el contrato de integración el próximo 26 de mayo. Además, el FROB también ha ordenado una due diligence (comprobación contable y financiera) a Deloitte ante la posibilidad de que España-Duero tenga que recibir dinero público.

La fusión podría suponer la salida de 800 trabajadores de ambas entidades

'Hemos aprendido de la experiencia de la anterior fusión [la de las dos cajas castellanas]. Entonces, deberíamos haber pedido una mayor partida de Frob (525 millones). Si al final se solicitase ese dinero, serviría para provisionar determinadas dotaciones del nuevo grupo, especialmente del banco malo, que va a estar castigado por el ladrillo', explican fuentes del consejo de España-Duero. Estas voces aseguran que la integración se cerrará 'a pesar de que sabemos que existen muchas incertidumbres sobre nuestro proceso de fusión'. La ruptura del proceso obligaría a la caja castellana a solicitar obligatoriamente 463 millones al FROB para cumplir con las necesidades de capital principal. 'La fusión va para adelante', insisten en las dos cajas. Mientras que el Banco de España quiere agilizar la consolidación del proceso a septiembre, ambas entidades son conscientes de que tendrán que solicitar prórrogas a esa fecha hasta que constituyan los dos bancos (el bueno y el malo) a final de año.

Un proceso que está pendiente del acuerdo laboral, uno de los flecos que condicionará el calendario definitivo. De hecho, la fusión podría conllevar la salida de alrededor de 800 trabajadores de ambas entidades.

En este sentido, CatalunyaCaixa anunció ayer otro recorte de plantilla, según informa Dani Cordero. La dirección de la entidad y los sindicatos pactaron ayer un nuevo plan de bajas incentivadas, que afectará a 330 trabajadores que se añade al de 1.300 que se cerró en paralelo al proceso de fusión de las cajas de Catalunya, Tarragona y Manresa.

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