Este artículo se publicó hace 15 años.
Calixto Bieito presenta su "versión moderna" del "Don Carlos" de Schiller
Icono del teatro español más vanguardista, el director Calixto Bieito aborda "el enfrentamiento entre libertad e intolerancia" en "Don Carlos", una obra de Friedrich von Schiller cuya "versión moderna" se estrena el jueves en el Teatro Valle-Inclán del Centro Dramático Nacional (CDN).
Para esta adaptación, Bieito cuenta con un reparto en el que figuran, entre otros, los actores Carlos Hipólito, Rubén Ochandiano y Mingo Ràfols, o la actriz Àngels Bassas, encargados todos ellos de recrear las luchas intestinas entre el fundamentalista rey Felipe II y el rebelde príncipe heredero don Carlos.
Bieito define esta coproducción del Centro Dramático Nacional, el Teatre Romea, el Grec Festival y las Jornadas Internacionales Schiller como "un poema dramático que permite que vuelen la imaginación y los sueños".
"Don Carlos", un encargo del Teatro de Mannheim para la apertura de su festival, tiene por subtítulo "Misa pasodoble surrealista": "Misa porque es un 'show' sobre la intolerancia; pasodoble porque es música española que refleja vida y muerte; y surrealista porque es sueño", explica el dramaturgo.
Los espectáculos del director burgalés "se saben dónde empiezan, pero no dónde acaban", aclara el propio Bieito cuando reflexiona sobre el proceso creativo de "Don Carlos": "Era una obra perfecta para mí forma de trabajar, ya que me gusta que todas mis obras respiren imaginación".
Estableciendo un paralelismo entre los últimos días de la Corte de Felipe II -los que trata la obra- y la actual crisis económica, Bieito advierte que una sociedad no entra en crisis "sólo por motivos económicos", sino que el aprecia en la actualidad "una falta total de valores y respeto".
De ahí que el nuevo montaje del director gire sobre ejes como "las relaciones entre padres e hijos, entre Estado e individuos y entre Iglesia y personas", asuntos universales tan en boga hoy como a finales del SXVIII.
"Yo encuentro una asociación entre esa época tan oscura en la historia de España y lo que hoy ocurre con Estados Unidos y Guantánamo", considera Bieito sobre la brutalidad de una España "en la que se mataba al que pensaba diferente".
El actor Rubén Ochandiano, que da vida al príncipe Carlos, considera que su papel se aleja "del arquetipo de héroe romántico de Schiller" para adentrarse en "las partes oscuras, la vida al límite y la necesidad emocional" de su personaje.
Por su parte, Carlos Hipólito, que interpreta al rey Felipe II, ha alabado la distinción que Calixto Bieito ha realizado en la obra entre personas e instituciones: "Aquí no hay personajes buenos y malos, sino que son las instituciones quienes los corrompen".
Mingo Ràfols, que encarna al Gran Inquisidor, refuta las palabras de Hipólito: "Calixto siempre me decía que el Inquisidor no es malo, sino que debía encontrar su parte bondadosa. Ha supuesto un ejercicio muy interesante y un reto como actor".
Julio Soria
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