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Los candidatos reformistas prometen destapar los casos de corrupción de Ahmadineyad

EFE

Los dos aspirantes reformistas a la Presidencia de Irán, Mehdi Karrubí y Mir Husein Musaví, han pasado al ataque y prometido que si resultan vencedores el 12 de junio, destaparán supuestos casos de corrupción del Gobierno del presidente Mahmud Ahmadineyad.

Karrubí se comprometió hoy hacer públicos, tras las elecciones del viernes, una serie de documentos que demostrarían la implicación del mandatario en casos de corrupción.

"Tras el 12 de junio, desvelaré una documentación relacionada con un caso presentado contra Ahmadineyad por una cuestión relativa a 700 millones de dólares en petróleo en Ardebil", ciudad del oeste de Irán dijo Karrubí a los periodistas.

La amenaza del clérigo supone un nuevo capítulo de la lucha que mantiene con el presidente desde que este último le acusara en un debate televisivo de haber aceptado 300.000 dólares de un multimillonario iraní encausado por corrupción.

Karrubí admitió que había aceptado ese dinero "como clérigo que soy" para repartirlo en obras de caridad, y que en aquel entonces el adinerado empresario no estaba siendo investigado.

Karrubí por su parte respondió entonces que Ahmadineyad habría entregado 700 millones de dólares a una persona sin haber recibido el visto bueno del Parlamento ni del líder supremo de la Revolución, ayatolá Ali Jameneí.

Incluso aseveró que Jameneí había expresado su oposición a la supuesta entrega y que el gobernador del banco central fue entonces cesado.

La caja de pandora de las acusaciones mutuas, que han enturbiado la campaña electoral, la abrió el propio Ahmadineyad en su cara a cara televisivo con su principal rival, el independiente pro reformista Mir Husein Musaví.

En una inusual acción, sin precedentes en los treinta años de revolución islámica, el mandatario acusó a sus predecesores, Ali Akbar Hashemi Rafsanyaní y Mohamad Jatamí, de corrupción y complot para derrocar su gobierno.

Fue especialmente directo con la familia de Rafsanyaní, uno de los clanes más ricos del país, a los que acusó de apoderarse y manipular la economía nacional.

También acusó de enriquecimiento ilícito a algunos miembros del gabinete de Mir Husein Musaví, quien fuera primer ministro entre 1981 y 1989.

Musaví pasó asimismo el lunes al ataque al subrayar que si resulta elegido, seguirá el rastro de más de mil millones de dólares procedentes de los beneficios petroleros que según una investigación emprendida por el Parlamento no fueron reintegrados en el Tesoro Público entre 2006 y 2007.

El Tribunal de Cuentas aseguró días atrás que el Gobierno de Ahmadineyad no ha aportado pruebas suficientes sobre el destino del citado dinero.

"Él tiene la clave de la desaparición de ese dinero y debe decir como se han gastado los fondos públicos y los beneficios del petróleo durante sus cuatro años de mandato", afirmó Musaví en un mitin en los barrios del sur de Teherán.

"El pueblo tiene derecho a saber cómo han sido gastados los más de mil millones de dólares que no han sido devueltos al tesoro. Tiene derecho a saber quién se ha beneficiado del aumento y la caída del precio del crudo", insistió.

Ahmadineyad se defendió el viernes alegando que la cuestión es "un error contable en el que se han mezclado riales con dólares", una excusa considerada "insuficiente por el tribunal de cuentas".

La agresividad de la campaña, plagada de recriminaciones y de insultos personales, ha causado que el propio líder haya tenido que alertar a los candidatos.

El lunes, el Poder Judicial volvió a recordar que es susceptible de delito acusar a sin pruebas y en ausencia de la persona que es denunciada.

"Levantar acusaciones contra persones en un programa de televisión es un crimen que puede suponer una acción legal", avisó el jefe del Poder Judicial, ayatolá Mahmud Hashemi Shahroudi.

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