Recorridas dos terceras partes del ciclo de grandes competiciones, Mundial y Europeo, la generación de oro del baloncesto español otea ya en el horizonte los Juegos Olímpicos de Pekín. Este grupo colecciona medallas de todos los metales y en todas las citas, pero falta la olímpica para completar un trienio excepcional.

Los chicos de oro 3.0, la tercera versión de este fantástico grupo, se presentaron este martes en Madrid con novedades: ya no están Pepu Hernández, ni Sergio Rodríguez ni Carlos Cabezas. Los 13 magníficos se han separado y Aíto García Reneses sucede en el cargo a Pepu. Si hay un Luis Aragonés en el baloncesto, ese sería el entrenador madrileño. Veteranía, un largo recorrido en los banquillos, catedrático en lo táctico, éxitos de club, sin Copa de Europa, y con una oportunidad para demostrar toda su valía en el banquillo de la selección.

También hay cambios en la plantilla: después de salir del taller de reparaciones y recobrar su juego eléctrico, Raúl López se reincorpora a la selección. La otra novedad es la de un niño prodigio que será olímpico antes que mayor de edad: Ricky Rubio.

Pau Gasol, Aíto y Ricky fueron los grandes protagonistas en la puesta de largo. El nuevo seleccionador cogió el toro por los cuernos a la primera y dejó clara la meta: tenemos que ser ambiciosos. Será complicado lograrlo, pero debemos fijarnos la medalla como objetivo porque nunca hemos tenido un equipo como éste. El estado de salud de Jorge Garbajosa es de nuevo la gran incógnita. El pívot madrileño, sin la presión de Toronto, apura sus opciones de estar con la selección.