Este artículo se publicó hace 13 años.
Comida sabrosa puede desencadenar la necesidad de tentarse
Por Julie Steenhuysen
Ver un batido puede activar las mismasáreas del cerebro que reaccionan cuando un adicto ve la cocaína,según dijeron investigadores.
El estudio ayuda a explicar por qué es tan duro para algunaspersonas mantener un peso saludable y por qué ha sido tan difícilpara los laboratorios y expertos sanitarios hallar tratamientospara la obesidad que funcionen.
"Si ciertos alimentos son adictivos, eso podría explicarparcialmente la dificultad que experimentan las personas a lahora de lograr una pérdida de peso sostenible", dijo AshleyGearhardt de la Universidad de Yale, en Connecticut, EstadosUnidos, y sus colaboradores en un artículo publicado en Archivesof General Psychiatry.
El equipo de Gearhardt quería ver qué sucede en el cerebrocuando se tienta a unas mujeres jóvenes con una comida sabrosa.
Los científicos usaron un tipo de imagen cerebral conocidacomo exploración de resonancia magnética funcional (fMRI) paraestudiar la actividad cerebral de 48 mujeres a quienes ofrecieronun batido de chocolate o una solución insípida.
Las mujeres en el estudio tenían todo tipo de tallas, desdedelgadas a obesas.
El equipo halló que ver el batido desencadenó una actividaden el cerebro en la corteza cingulada anterior (CCA) y la cortezaorbitofrontal, zonas del cerebro que han sido relacionadas con elimpulso de un adicto a consumir drogas.
Y esta actividad fue mayor entre las mujeres del estudio quetenían una marca mayor en una escala que valoraba sus hábitosalimenticios en busca de señales de un comportamiento adictivo.
"Estos hallazgos apoyan la teoría de que el consumocompulsivo de comida puede deberse en parte a una anticipaciónacentuada de las propiedades gratificantes de la comida", dijeronGearhardt y sus colaboradores.
Las personas adictas a una sustancia son más propensas areaccionar con cambios físicos, psicológicos y de conducta cuandose ven expuestos a esa sustancia. Alterar los "indicios"visuales, carteles de comidas tentadoras, por ejemplo, podríanayudar a reducir la necesidad de caer en la tentación, dijeron.
"La publicidad ubicua de comida y la disponibilidad de comidasabrosa y barata puede hacer muy difícil adherirse a eleccionesde comida más saludables porque las señales omnipresentes decomida desencadenan el sistema de gratificación", escribieron.
El estudio sugiere que la publicidad también podríadesempeñar un papel en el problema de obesidad y deberíanabordarse nuevos estudios que determinen si la publicidad de laalimentación desencadena este mismo tipo de actividad cerebral.
FUENTE: Archives of General Psychiatry, abril del 2011.
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