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Comienza la contrarreloj para designar gerente

El segundo de a bordo, John Lipsky, asumirá las funciones de Strauss-Kahn de forma temporal hasta designar un sucesor permanente

BELÉN CARREÑO

Hace un mes escaso, este diario publicaba la que podía ser la crónica de despedida del francés Dominique Strauss-Kahn al frente de una cumbre del FMI, sin recurrir a prácticas adivinatorias. El último tango en Washington del político socialista era un secreto a voces en los pasillos del Fondo Monetario, que descontaba la marcha de su principal ejecutivo a lo largo del mes de junio, para presentarse a las primarias francesas.

Sin embargo, la huida hacia adelante de los gerentes del FMI parece abocada al desorden. Antes que Strauss-Kahn, el español Rodrigo Rato y el alemán Horst Köhler, ya abandonaron sus cargos precipitadamente, resistiéndose a agotar un mandato de cinco años que Washington hace eterno.

Roubini aventura que Francia apostará por su ministra económica

En este caso, lo que podría haber sido una salida pautada, está por volver a ser una forzada despedida a la francesa. Culpable o no de los cargos que se le imputan, es altamente improbable que Strauss-Kahn permanezca en un puesto de responsabilidad clave como el que ostenta, con una mancha tan aceitosa en su expediente.

Por el momento, el Consejo Ejecutivo del Fondo ha designado al número dos de la entidad, el estadounidense John Lipsky, como director gerente en funciones hasta que se esclarezcan los hechos. El nombramiento de Lipsky es un apaño de urgencia extremadamente temporal. Casualmente, el ex economista jefe de JPMorgan había anunciado el jueves pasado que no se presentaría a su segundo mandato en el FMI. La fecha oficial de su salida del Fondo es el próximo 31 de agosto, aunque Strauss-Kahn había logrado arrancar la promesa del americano, muy desgastado por la gestión de la crisis, de que seguiría llevando los asuntos del FMI en la cumbre del G-20 que tendrá lugar el próximo noviembre. Lipsky fue designado bajo el mandato de Rato, ya que inició su trabajo en el Fondo en septiembre de 2006. Con Strauss-Kahn había logrado formar un buen tándem que ahora debe conducir solo.

Pero nombrar un sucesor del FMI resultaba apremiante ayer. No tanto por la gestión burocrática del organismo con sede en Washington, sino porque la semana que arranca hoy será clave para las negociaciones de los rescates de Grecia y Portugal. Cuando Strauss-Kahn fue detenido se disponía a cruzar el Atlántico para matizar la renegociación de un nuevo paquete de préstamos a Grecia o rendirse a una posible reestructuración de la deuda.

Por acuerdo tácito, el responsable del FMI tiene que ser europeo

La designación de un sustituto es pues inaplazable, como lo son estas reuniones para debatir el destino griego que se encuentra en la unidad de cuidados intensivos de los mercados. La posible libertad de Strauss-Kahn en las próximas horas puede ser condicional y sin pasaporte, lo que le deja completamente fuera de juego para cumplir con cualquiera de sus compromisos. Con todo, y a la espera de lo que pueden tardar en clarificarse los hechos en un caso similar, el del jugador de baloncesto Kobe Bryant, se tardó un año en resolver el proceso urge buscar un sustituto permanente para el cargo.

El currículum vítae del nuevo candidato tiene un requisito imprescindible: ha de ser europeo porque así lo dicta la regla no escrita que opera desde la creación de la institución (después de la II Guerra Mundial) por la que el presidente del Banco Mundial es estadounidense y el del FMI, europeo. Pero los analistas ayer hilaban más fino. El prestigioso economista Nouriel Roubini apostaba en su twitter por el nombramiento de la ministra de economía francesa, Christine Lagarde.

Según esta teoría, Francia habría aceptado soltar la silla de la presidencia del Banco Central Europeo (que con casi toda seguridad asumirá el italiano Mario Draghi), a cambio de que una de sus políticas más válidas, tome el relevo de Strauss-Kahn, cuyo destino era luchar en las presidenciales francesas contra Nicolas Sarkozy. La jugada era perfecta, y lo sigue siendo, para Francia, ya que precisamente la popularidad de Strauss-Kahn nace de lacoordinación internacional que supo liderar. El relevo de Lagarde, muy activa este año a nivel internacional por su papel como ministra de Economía anfitriona del G-20, pone el contrapunto perfecto a la carrera del socialista.

El anterior francés al frente del FMI, Michel Camdessus, fue el último que le dio estabilidad al permanecer 13 años. El FMI ha estado bajo dirección francesa desde 1978 hasta el año 2000, y en total, han sido 36 años desavoir faire francés, de los 65 que tiene la institución. Probablemente Angela Merkel tenga también algo que añadir.

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