Este artículo se publicó hace 15 años.
Comienza la cumbre de la UE para crear una asociación con seis ex repúblicas soviéticas
La cumbre para poner en marcha la denominada Asociación Oriental con seis antiguas repúblicas soviéticas comenzó hoy en Praga con notables ausencias entre los jefes de Gobierno o Estado de la Unión Europea (UE).
De los principales países de la UE, sólo Alemania, por medio de su canciller federal, Angela Merkel, está representada en la reunión por su jefe de gobierno, mientras que Reino Unido, Francia, Italia y España están representados por sus ministros de Asuntos Exteriores.
Merkel aseguró a su llegada a la Cumbre que "al igual que cooperamos con los países del Mediterráneo, también es necesario desarrollar una cooperación con el Este".
"Una esfera de estabilidad al este de la Unión Europea" ha sido la forma con la que el saliente primer ministro Checo, Mirek Topolanek, presidente de turno del Consejo de la UE, ha presentado la asociación a los socios comunitarios.
La cumbre, convocada por la presidencia checa para que Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Armenia y Azerbaiyán se sumen a la iniciativa, busca mostrar a esos países que la Unión tiene un interés crucial en esa región.
La UE ve esa región como la más próxima a sus fronteras junto a los Balcanes, y esos seis países -que tienen al lado al poderoso vecino ruso- afrontan momentos complicados de su política doméstica (como se acaba de ver en el motín militar de ayer en Georgia) y además están gravemente afectados por la crisis económica mundial.
"Es en el interés común de Europa tener estabilidad en su frontera oriental", afirmó hoy antes de la cumbre el viceprimer ministro del Gobierno y responsable Asuntos Europeos, Alexander Vondra.
Vondrá indicó que la Asociación Oriental "no es un sustituto de la ampliación, aunque esas naciones no están listas para la integración", sino que surge "por la necesidad de llenar un vacío para la cooperación mutua".
La cita también se celebra con los reparos de Moscú, que acusa a la UE de querer crear una "esfera de influencia" en la región ex soviética, algo que niegan insistentemente los comunitarios.
La representación de las seis naciones de la Asociación oriental es al máximo nivel salvo en el caso de Bielorrusia y Moldavia, los dos países con más déficit democrático de Europa.
La Asociación Oriental, aprobada en marzo pasado por la cumbre de jefes de Estado y Gobierno de la UE, estará dotada con 600 millones de euros hasta finales de 2013 y funcionará a través de la puesta en marcha de proyectos conjuntos.
Los proyectos -en sectores como energía o infraestructuras- buscan fomentar la cooperación entre los seis países y no sólo entre éstos y la UE, además de que se abre la puerta a la participación de terceros, en una clara alusión a Rusia.
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