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La comunidad negra, protagonista del carnaval uruguayo

Reuters

La comunidad negra de Uruguay, olvidada durante largo tiempo en la escena cultural y política del país, está disfrutando de un despertar mientras sus raíces africanas son celebradas en un vibrante carnaval de tambores.

Durante el primer jueves y viernes de febrero, miles de personas llenan el tradicional barrio negro de Montevideo como tamborileros disfrazados y los bailarines dan el inicio a una fiesta callejera conocida como "llamadas".

Las "llamadas" son un tributo a las alguna vez olvidadas raíces africanas de la pequeña nación sudamericana ubicada entre Argentina y Brasil.

Durante las noches, fogatas callejeras iluminan el cielo, mientras filas de hombres tocan sus tambores y bailarinas giran con pequeños trajes de plumas y lentejuelas en el mayor de los muchos carnavales de Uruguay.

Los jóvenes enarbolan banderas, mientras los tambores retumban entre las estrechas calles.

El creciente interés internacional surgido en los últimos años por la música de las celebraciones, el "candombe", ha ayudado a dar impulso al floreciente movimiento por la cultura negra.

"Finalmente estamos consiguiendo algo de reconocimiento", dijo Beatriz Ramírez, una ex activista por los derechos civiles y consultora para una oficina gubernamental que promueve los derechos de las mujeres negras.

Algunos uruguayos negros también destacan que la creciente popularidad del festival ayuda a elevar la conciencia racial sobre los denominados "afrouruguayos", los que históricamente se han visto marginados en un país integrado en gran parte por inmigrantes españoles e italianos.

"Esto es Uruguay celebrando quienes somos", comento Dariana Luz, una afrouruguaya de 53 años.

De acuerdo a estudios recientes, los uruguayos negros representan a más del 9 por ciento de los 3,3 millones que constituyen a la población total del país.

La mayoría de ellos se encuentran atascados en la pobreza, viviendo en barrios a las afueras de la capital. Los negros en Uruguay ganan mucho menos que los blancos, pocos se gradúan de la escuela secundaria y hasta al momento ninguno ha alcanzado altos escalafones en los negocios.

Si bien existen pocas señales de tensión racial, muchos uruguayos negros dicen que son discriminados habitualmente. Durante los tiempos de la colonia española, Montevideo fue un gran puerto del comercio de esclavos en Sudamérica, un punto de tránsito para los esclavos africanos que eran enviados a trabajar en las minas de plata de Perú y Bolivia.

Las "llamadas" son vestigios de los rituales de baile africanos y alguna vez fueron rechazados por las elites uruguayas.

Hoy en día, las "llamadas" son transmitidas en directo por la televisión nacional, y son el punto de atención de las celebraciones del carnaval, de un mes de duración, y a ellas asisten los máximos líderes políticos del país.

Blancos y negros participan juntos en el desfile, que de acuerdo a Ramírez ha ayudado a introducir a los uruguayos a la cultura negra.

"Ahora el desafío es que no se limite a tan sólo dos noches, si no también al resto del año", añadió.

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