La muerte de Corín Tellado deja huérfana a una multitud que a lo largo de su prolífica obra -4.000 títulos- la convirtió en la autora más leída en lengua castellana, tras Cervantes.

Con sus novelas rosas, María Socorro Tellado López -nombre real de Corín Tellado-, puso sobre la mesa, en los duros tiempos del franquismo, el erotismo femenino.

En 1962, la UNESCO revelaba con sus datos esa afirmación: Ella era la más leída en castellano tras el autor de 'El Quijote'. Y sus 400 millones de ejemplares vendidos eran la prueba palpable por la que ingresó en el libro Guinness de los Records.

Desde que publicó su primera obra, 'Atrevida apuesta', y hasta el pasado miércoles, cuando dio por terminada la última, Corín no dejó de escribir. De hecho esa postrera obra formaba parte de un contrato por el que se comprometía a enviar varios títulos al mes a una revista.

Siempre alejada de los círculos sociales y de escritores, Corín vivía en su casa de Gijón mientras observaba cómo los autores 'serios' denostaban su obra, muchas veces sin haberla leído siquiera.

Sin embargo, pronto surgió otra corriente de autores consagrados, como Mario Vargas Llosa o Cabrera Infante que le dieron el reconocimiento que merecía como escritora reivindicando su obra y dejando de lado los prejuicios creados contra ella.

Las novelas de Corín eran de las que se vendían en los kioscos semanalmente con argumentos que siempre giraban en torno al amor y la pasión aderezados por traiciones, pero siempre con un final feliz.

Y el ingrediente que nunca faltaba era el erotismo; algo que, en los tiempos oscuros del franquismo parecía impensable. Pero ella logró poner sobre la mesa un erotismo suave ante el que la censura hacía oídos sordos.

Hoy que la novela romántica ha vivido un boom ha dejado de ser denostada y se ha convertido en un filón de ventas, Corín Tellado no tiene heredera, pero sí jóvenes autoras españolas que siguen su tradición; aunque introduciendo cambios importantes acordes con los cambios sociales que van sucediendo.

Corín abrió el camino en España, pero las novelas románticas de ahora tienen unas tramas más complejas y el erotismo es mucho más explícito.

Sin embargo, para hablar de una heredera son muchos los que piensan que los tiempos de Corín han pasado, pues la mujer de hoy tiene muy poco que ver con aquella sombra gris a la que la había relegado el franquismo.