Las Cortes Generales han aprobado hoy definitivamente el nuevo Estatuto de Autonomía de Castilla y León, después de su ratificación por el pleno del Senado, sin ningún voto en contra.

Esta tercera reforma del texto estatutario castellanoleonés en sus casi 25 años de vigencia fue ratificado por 250 votos a favor y sólo 2 abstenciones, tras el acuerdo alcanzado por el PSOE y el PP, que pactaron no incorporar nuevas enmiendas en el Senado.

Todas las enmiendas presentadas por los grupos minoritarios, relativas al fomento de la lengua gallega o del euskera, así como al enclave de Treviño, fueron rechazadas.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vallisoletano de nacimiento, intervino en esta sesión plenaria de la Cámara Alta, que vio cómo se daba luz verde a la sexta y última reforma estatutaria de esta legislatura.

A su juicio, las reformas de los estatutos permiten acercar el poder a los ciudadanos y acercar "España a los españoles".

Zapatero felicitó a las Cortes de Castilla y León y a los grupos políticos por el trabajo realizado, antes de destacar el consenso, la ambición, la lealtad y el afán de progreso que lleva implícita del nuevo Estatuto.

Para el presidente del Gobierno, el nuevo texto reconoce todas las identidades, despliega todas las potencialidad de autogobierno. "Y permite decir con solemnidad y orgullo que el porvenir de una tierra a la que lógicamente me siento muy unido es un porvenir seguro y de prosperidad", subrayó.

También asistieron a la sesión plenaria los ministros de Administraciones Públicas y Trabajo, Elena Salgado y Jesús Caldera, respectivamente, así como el líder del PP, Mariano Rajoy, y el secretario general, Ángel Acebes.

El consenso del PP y del PSOE, tanto en las Cortes de Castilla y León, como en el Congreso y el Senado, ha sido fundamental para agilizar esta reforma, la sexta y última de estatutos de autonomía que se ratificará en esta legislatura.

Durante su intervención inicial, el portavoz del PP, Antolín Sanz Pérez, puso el acento en el hecho de este texto se encuentra dentro marco constitucional, lo que constituye su "mejor seña de identidad" y su "mayor virtud".

Así, Castilla y León va a perfeccionar su autonomía, pero sin dejar de ratificar con ello su "lealtad" con España, apuntó el senador del PP, porque la reforma nace con vocación constitucional y sin la pretensión de obtener privilegios o saldar deudas.

El senador socialista y presidente del PSOE de Castilla y León, Tomás Rodríguez Bolaños, habló de la "ambiciosa" reforma que, a la vez que incorpora nuevas competencias, percibe "más nítidamente" otras fundamentales de la que ya es competente esta comunidad, como la sanidad o la educación.

Asimismo recordó que este nuevo texto plantea la revisión del modelo de financiación, adaptándolo a las singularidades o hechos diferenciales de la comunidad y recoge normas básicas que garanticen que los castellanoleoneses reciban unas prestaciones comparables al conjunto del Estado.

Por la Entesa Catalana de Progrés, Carles Bonet, lamentó el "exceso de modestia" de este Estatuto al calificarse como comunidad histórica, porque Castilla y León son "la base y el fermento de España".