La crisis del Bayern Múnich, que perdió su primer partido pero mantiene el liderato en una gris Bundesliga, marcó el comienzo de un fin de semana que concluyó con la muerte de un aficionado del Lazio, desencadenante de una oleada de acciones incontroladas de los hinchas radicales que vuelven a poner contra las cuerdas al fútbol italiano.

Nueve meses después de que muriese el inspector de policía Filippo Raciti, el "calcio" vuelve a preguntarse qué debe hacer para reconducir la situación, porque, aunque en esta oportunidad haya sido "un trágico error" como lo calificó el gobernador de Arezzo, al fondo vuelve a aparecer la violencia de una afición dispuesta a pelearse en cualquier momento, con las fuerzas de seguridad como objetivo último.

En esta ocasión, fue una disputa en un área de servicio de una carretera de Arezzo (centro de Italia) entre aficionados del Lazio, que acudían a Milán a presenciar el encuentro contra el Inter, y del Juventus, que se dirigían a Parma. La policía acudió a calmar los ánimos y, en una situación aún no aclarada, un disparo de un guardia acabó con la vida de Gabriele Sandri, de 26 años y famoso en la capital por ser un conocido "pinchadiscos" amigo de algunos jugadores del Lazio.

La muerte del joven provocó la reacción inmediata de los ultras en toda Italia. Los aficionados radicales del Atalanta obligaron a suspender el encuentro contra el Milán, a los siete minutos, bajo la amenaza de crear graves disturbios, y en Roma, mientras, otros hinchas asaltaron un cuartel de la policía y la sede del Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI).

Con todos estos incidentes, a los que se añadió también la suspensión del Roma-Cagliari, no importó que el Udinese dejase al Fiorentina sin el liderato provisional con su victoria en Florencia (1-2), ni que el Juventus empatase en Parma, tras encajar dos goles. El fútbol italiano volverá a hacer examen de conciencia y buscará nuevos remedios, que irán diluyéndose con el tiempo. Hasta el próximo episodio.

El fin de semana, con anterioridad, estuvo marcado por la crisis abierta en el Bayern Múnich, al que ya no le sirve como pretexto el liderato en la Bundesliga.

El equipo de Ottmar Hitzfeld, que el jueves no pudo más que empatar a dos goles contra el Bolton, en el Allianz Arena, y que en la Liga alemana acumulaba dos empates consecutivos, sumó su primera derrota en Stuttgart, en el mismo campo donde hace siete meses se quedó sin una plaza en la Liga de Campeones, por primera vez en su historia.

En el Gottlieb-Daimler Stadium, Hitzfeld rememoró lo ocurrido la campaña anterior y el Bayern perdió su primer partido (3-1), superado por dos goles de Mario Gómez y otro de Yildiray Bastürk.

El Bayern aventaja en un punto al Bremen y al Hamburgo y es un líder con una "crisis de lujo", según su técnico, pero su trayectoria no muestra más que el mal momento del fútbol alemán, que puede quedarse sin representantes en la Liga de Campeones y malvive en la UEFA.

En Inglaterra, mientras, a la espera de lo que haga, mañana, el Arsenal en el campo del Reading, el Manchester United encabeza la clasificación, gracias a dos "minutos mágicos" del portugués Cristiano Ronaldo.

Entre el 34 y 35, Ronaldo sacó de un apuro al equipo de Alex Ferguson ante el Blackburn, que dirigido por otra leyenda del Manchester, el galés Mark Hughes, opuso una férrea resistencia.

La novena victoria en diez encuentros le permite al Manchester alejarse del Chelsea, distanciado ahora a cinco puntos, después de empatar en su campo ante el Everton. El marfileño Didier Drogba adelantó a los "blues", en el minuto 71, pero el australiano Tim Cahill logró el empate en el último minuto.

Protagonistas de la decimotercera jornada del fútbol inglés fueron, además, Fernando Torres, que reapareció en el Liverpool para propiciar la victoria de su equipo ante el Fulham, con un tanto que cambió el signo del partido (2-0), y el técnico español Juande Ramos, bajo cuya dirección comienza a resurgir el Tottenham.