Este artículo se publicó hace 16 años.
David Ferrer, líder por obligación
A David Ferrer se le conoce no sólo por haber llegado a ser cuarto jugador del mundo, sino también por su entrañable humildad, una característica puesta a prueba ahora en la final de la Copa Davis contra Argentina, donde es el líder del equipo español tras la baja de Rafael Nadal.
El jugador de Javea ha acabado la temporada en el puesto duodécimo del mundo, de una forma diferente a la del 2007, cuando incluso disputó la final de la Copa Masters de Shanghai ante el suizo Roger Federer, pero ha sido en la Davis donde ha recuperado parte de ese combativo juego que le ha hecho polivalente en cualquier tipo de superficie.
Así lo demostró en septiembre en la Plaza de Toros de Las Ventas en su partido contra Andy Roddick, en las semifinales contra EE.UU. Allí levantó dos sets a uno en el segundo partido para vencer al de Nebraska por 8-6 en el quinto set.
Su temporada ha sido desigual. Empezó de forma fulgurante, siguiendo la estela del 2007 al ganar dos títulos en tres finales: Valencia y Hertogenbosch, éste último sobre hierba, confirmando que puede jugar bien incluso en esta superficie, para lograr luego la tercera ronda en el All England Club. Hizo cuartos de final en dos Grand Slams, Abierto de Australia y Roland Garros, y tercera ronda de Wimbledon, final en Barcelona, semifinales en Bastad y cuartos en Montecarlo.
Sus mejores porcentajes, 21-7 en tierra, 16-4 en dura y 7-1 sobre hierba, le han ayudado a mantenerse entre la elite, pero la ruptura con su novia Yolanda después de nueve años de relación le sumió en una crisis de juego y resultados, desigual en el final de temporada, con solo los cuartos de Tokio, donde cedió contra el argentino Juan Martín del Potro, como resultado favorable, y derrotas inminentes en Madrid y París Bercy que le alejaron de toda lucha para la Copa Masters.
Su entrenador de siempre, Javier Piles, es el hombre que mejor le comprende. Sabe que el tenista de Javea necesita motivaciones y antes de emprender viaje a Mar del Plata ha realizado con él unos entrenamientos durísimos para reforzar su moral y su juego.
De Ferrer son famosas sus frases, propias de su carácter analista e inconformista. "Soy el peor 'top-100' de la historia", dijo en un momento dado, para añadir después ya instalado en la elite: "Soy el peor 'top-10' de la historia".
También es conocida su vehemencia por Federer y su admiración incondicional por Nadal. "Federer es muy bueno, muy bueno... Lo difícil lo hace fácil, como Zidane", dijo sobre el helvético, para añadir después sobre el de Manacor: "Quizás no es tan bonito como Federer, pero tiene muchos huevos".
Presa de su desesperación en el Abierto de EE.UU. este año cuando perdía con el japonés Kei Nishikori se dirigió a la juez de silla del encuentro descontento con su actuación y le dijo: "Es normal, tú eres una chica y las chicas no saben hacer nada", por lo que fue amonestado. Luego, consciente de su error, Ferrer no dudó en disculparse en un medio de comunicación.
Fiel seguidor del F.C. Barcelona, amante de la clase del holandés Laudrup y del brasileño Romario, en su hogar familiar se vive un auténtico festival futbolero, pues su padre y su hermano mayor son del Valencia y su madre del Real Madrid. Allí se vive la liga española con la misma intensidad que la final de la Davis en Mar del Plata.
Miguel Luengo
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