Este artículo se publicó hace 14 años.
Díaz Ferrán pide reformas a la vez que se salta la norma laboral
Air Comet adeuda ya 20 millones de euros a la Seguridad Social. Varias de sus empresas abonan las nóminas con retrasos y, además, incumplen convenios y derechos laborales
El jefe de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, volvió a reclamar esta semana una reforma laboral radical, con un nuevo modelo de contrato con el despido más barato y la desjudicialización de los recortes de plantilla. Sin embargo, desde hace tiempo, Díaz Ferrán no cumple ni con lo más básico de la actual normativa laboral en sus propias empresas, al no pagar las cuotas de la Seguridad Social, ni abonar las nóminas o hacerlo con retraso, entre otras irregularidades.
Los casos más sangrantes se dan en Air Comet, la aerolínea que Díaz Ferrán y su socio y vicepresidente de la CEOE, Gonzalo Pascual, cerraron el pasado 21 de diciembre. La empresa ya debe a la Seguridad Social en cuotas 19,7 millones de euros. Así consta en el certificado expedido por la Tesorería General de la Seguridad Social el mes pasado y al que ha tenido acceso Público.
Los empresarios arrastran deudas de la aerolínea con la Seguridad Social desde hace 14 años, como consta en el documento. Los sindicatos sospechan que no paga la cuota obrera, que forma parte del sueldo de los trabajadores. Aunque la empresa, que no ha dejado de pedir aplazamientos de pago, lo ha negado siempre. De ser así, la plantilla podría denunciarla por apropiación indebida.
Además, su empresa Newco, de servicios en aeropuertos (handling) acumuló una deuda de más de cuatro millones el año pasado a la Seguridad Social que, según los medios consultados, ya habría aplazado o pagado. Sus empleados han sufrido retrasos puntuales en las nóminas.
Pero, sin duda, los trabajadores peor tratados son los casi 670 trabajadores de Air Comet. Llevan más de un año sufriendo un verdadero calvario: primero hubo retrasos y, ahora, la compañía les debe ya hasta diez meses de salario y pagas por más de cinco millones.
"La situación es dramática, extrema", coinciden los empleados consultados y cuentan que "algunos se han ido a casa de sus padres porque ya no pueden pagar el piso y a otros les han echado por no pagar el alquiler". Muchos se buscan chapuzas o alternativas, como hacer mudanzas o trabajar de camareros. Los menos han tenido la suerte de recolocarse en otra compañía, como Juan García, que trabajaba en handling. "Nunca he pasado por una situación laboral tan extrema y tengo hijos y una hipoteca que pagar", dice.
Recolocar en otras aerolíneas
Los empleados señalan también como culpable de su situación al Ministerio de Fomento. "No perdemos la esperanza de que Fomento nos recoloque en las aerolíneas que se queden con las rutas de Air Comet, como que se hizo con Air Madrid", señala David Seldas, presidente del comité de empresa. "Es injusto, hemos hecho bien nuestro trabajo y sin cobrar", dice indignado.
Ahora, se espera que unos 477 trabajadores puedan cobrar al menos cuatro meses de paro desde el miércoles, pero otros 189 quedan en el aire. Air Comet ha puesto trabas al tramitar los expedientes ante el servicio público de empleo poco antes de que Díaz Ferrán pidiera que los jueces no intervengan en los ERE, como el que su propia aerolínea aprobó para que los trabajadores pudieran cobrar paro pero que luego ha estado torpedeando.
Pagar por debajo de convenioOtro incumplimiento grave, que los sindicatos iban a denunciar hasta que surgió el impago de nóminas, es que Air Comet siempre ha pagado por debajo de lo que establece el convenio del sector, explican fuentes de las centrales.
Pero los problemas de Díaz Ferrán se extienden más allá del mundo de las aerolíneas. Las empresas de autocares fueron la base empresarial de sus negocios con Pascual y tampoco se han librado de los problemas con las nóminas. Los empleados de Transportes de Cercanías y Autobuses Urbanos del Sur, cuyas dos principales concesiones de transporte adjudicadas por la Comunidad de Madrid han sido vendidas hace pocas semanas al fondo de capital riesgo
Doughty Hanson (propietario de Avanza), se habían acostumbrado ya en el último año a no saber qué día iban a cobrar. Los incumplimientos en las fechas de pagos eran recurrentes, y se extendían a las pagas extra. Cada mes, el cobro suponía un conflicto entre los comités de empresa y la dirección.
Un antiguo miembro del comité de Transportes de Cercanías asegura que no se podía pagar a tiempo porque la liquidez de la empresa se desviaba cada mes a otras compañías del grupo. La falta de efectivo se extendía a las reparaciones de los autocares, que empezaron a acusar la falta de mantenimiento, y al pago de la compra de ocho autocares contratados con Iveco, siempre según fuentes sindicales.
Otra plantilla afectada es la de la empresa Limpiezas Roda. Esta sociedad se encargaba hasta hace poco de la limpieza de los aviones de Spanair y, por supuesto, de los de Air Comet. La suspensión del contrato por parte de la primera y el cierre de la segunda han dejado un alto volumen de mano "sobrante" en la compañía.
Sin embargo, la empresa no tiene la liquidez para hacer un ERE en este momento, y las empleadas están a la espera, desde hace casi tres meses, de que se presente un plan de viabilidad para la compañía. Mientras, cobran con retrasos, una costumbre habitual que ya le costó a la empresa en octubre de 2008 un acta de infracción "muy grave" por parte de la Inspección de Trabajo que le sancionó con 100.000 euros. Pese a la multa, la compañía abona cuando puede. "Por lo menos nos pagan, aunque sobremos", reconoce una trabajadora.
Derechos restringidosAdemás, en la empresa reina un ambiente que los trabajadores del comité tildan de "persecución sindical". En Air Comet y en Newco, Díaz Ferrán y Pascual también han restringido los derechos sindicales y a tener comité de empresa, denuncian los trabajadores.
El buque insignia de su entramado, Viajes Marsans, está en una situación financiera delicada e intenta que la banca le refinancie su deuda. Con todo, los 4.000 trabajadores que dependen de la agencia de viajes siguen cobrando a tiempo. Las críticas de la plantilla se centran en que los sueldos no son muy altos, (alrededor de 800 euros los primeros años) pero reconocen que en el sector los salarios no son buenos. También cuestionan que muchos entran en la compañía tras pagar un máster de 2.000 euros.
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