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Ecologismo VIP a puerta cerrada

El ex vicepresidente vetó otra vez a la prensa

ÁNGEL MUNÁRRIZ

Aunque allí se estaba para hablar de ecologismo, la atmósfera VIP del Teatro Central de Sevilla evocaba mucho más un congreso de coaching empresarial que una asamblea de, pongamos por ejemplo, la ONG Salvemos Mojácar. La conferencia Cambio climático, conciencia y acción, organizada por The Climate Project, el movimiento contra el calentamiento global encabezado por Al Gore, dio pie a la segunda visita del ex vicepresidente de Estados Unidos a la capital andaluza, donde coincidió con el también premio Nobel de la Paz Rajendra Pachauri, presidente del Panel Internacional sobre Cambio Climático.

La foto de los dos juntos a las 17.30 horas, único instante en que se permitiría a los informadores acceder al sagrado espacio donde Gore conferenciaría para 200 oídos afortunados, era la promesa estrella de los responsables de prensa, que lograron a base de atenciones y profesionalidad borrar el desagradable recuerdo que dejó en los informadores la anterior visita de Gore, cuando fueron tratados con insultante desdén.

Hubo foto de Gore con Pachauri, como se prometió. Y el alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, sabedor de la repercusión de la instantánea, logró el milagro de permanecer pegado a la vez a dos personas aunque éstas se separasen. Después, todos a la calle. Lo que dice Gore es una arenga privada para su ejército. Ante la prensa se limitó a ensalzar el potencial de Andalucía con cierta grandilocuencia. “Quinientos años después [del Descubrimiento], la actividad vuelve al mismo sitio”, dijo, augurando a la comunidad el “liderazgo mundial” en ciencia y tecnología.

Juan Verde, portavoz de Gore en España, dio el motivo oficial del veto a la prensa durante la conferencia: el ex vicepresidente utiliza gráficos cedidos por empresas con promesa de discreción. Aunque dicho por Verde, también asesor de Barack Obama y encarnación misma de la imagen del éxito en la juventud, la explicación parece convincente, también podría maliciarse que, si a alguien le pueden pagar hasta 200.000 euros únicamente por hablar, es posible que no le interese que cualquiera escuche sus palabras. Un caché que, por cierto, Gore no percibió ayer, ya que el evento, subvencionado a partes iguales por Focus-Abengoa, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, estaba organizado por la fundación de Gore, y es norma de la casa no cobrar en los actos propios, según explicó el propio Verde.

La Junta restringió su presencia institucional y no envió al consejero de Innovación, Francisco Vallejo, por falta de acuerdo sobre la fórmula que adoptaría su participación en el evento, según dijeron fuentes bien informadas a Público.

La jornada (sobrevolada por el persistente rumor, no cumplido, de que Garzón descuadraría todas las agendas apareciendo a media tarde), dio también para un sinfín de proclamas y llamamientos a la comunidad internacional. “Políticas Verdes”, pidió Pachauri. Pero hubo tesis más novedosas. El ex presidente de Costa Rica José María Figueras se lamentó por el precio del petróleo. Pero no es lo que parece. Sin ánimo humorístico alguno, señaló que está demasiado barato. No puede ser, dijo, que un barril de Coca-Cola cueste más que uno de Brent. Y así dicho, sonaba hasta lógico.

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