Este artículo se publicó hace 14 años.
Estudio dice que se puede mejorar atención al final de la vida
Por Rob Goodier
Un nuevo estudio demostró queen el Centro Médico de UCLA, que se jacta de la atención quereciben los pacientes críticos, siempre se puede mejorar elcuidado de los pacientes que están por morir.
Mientras que los médicos se concentraban en reducir eldolor, se olvidaban de hablar con los pacientes y losfamiliares sobre el pronóstico y las metas de la atención.Indicaban bien los cuidados paliativos, pero no controlaban sucumplimiento.
El equipo de la doctora Anne Walling, de la University ofCalifornia, en Los Angeles, analizó las historias clínicas de496 adultos que habían sido hospitalizados por lo menos tresdías antes de morir.
El equipo evaluó la atención en el final de la vida según13 indicadores de calidad en tres áreas: objetivos de laatención, evaluación y manejo del dolor, y control de la disnea(problemas para respirar).
Más de la mitad de los pacientes ingresaron al hospital conuna enfermedad avanzada, un tercio pidió que se le quitara laventilación mecánica antes de morir y el 15 por ciento muriómientras recibía respiración cardiopulmonar (RCP).
El 85 por ciento falleció durante la hospitalización y al47 por ciento se le consignó "muerte esperada" en la historiaclínica.
En el 84 por ciento de los casos se ordenó no resucitar conRCP: el mismo día de la muerte en el 28 por ciento de los casosy dos días antes en la mitad. Sólo el 18 por ciento de lospacientes habían dejado instrucciones.
Según el 70 por ciento de los indicadores de calidadestudiados, los pacientes recibieron la atención recomendada.
Los objetivos clínicos se cumplieron a tiempo en la mitadde los casos; la evaluación del dolor fue la adecuada en el 94por ciento de las veces, mientras que el tratamiento del dolorfue el recomendado en el 95 por ciento de los casos y el de ladisnea, en el 87 por ciento.
El seguimiento de los síntomas más molestos no fue tanbueno como la evaluación inicial y sólo se le controló ladisnea al 29 por ciento de los pacientes a los que se lesretiró la sonda del respirador antes de morir.
"Los resultados sugieren que siempre se puede mejorar laatención de los pacientes que están muriendo en el hospital",concluyeron los investigadores.
La comunicación entre los médicos y los pacientes o susfamiliares al inicio de los tratamientos de cuidados intensivoses otra área que hay que mejorar.
Mientras que los cuidadores seguían fielmente laspreferencias documentadas sobre la RCP y alimentación porsonda, las conversaciones con los pacientes en terapiaintensiva acerca de sus elecciones o del uso de ventilaciónmecánica sólo estaban registradas en la mitad de los casos.
Entre los pacientes que iban a morir, sólo el 25 por cientocon marcapasos o desfibriladores implantados había dejadoindicaciones sobre la desconexión del dispositivo.
"El mensaje es que esos aspectos de la atención, lacomunicación y el manejo de los síntomas, demandan un altonivel de atención", dijo Walling a Reuters Health.
"Muchos pacientes y sus familias no se dan cuenta de quesólo porque los médicos y los hospitales puedan hacer algo, nosignifica que lo harán", concluyó.
FUENTE: Archives of Internal Medicine, 28 de junio del2010.
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