Este artículo se publicó hace 15 años.
Estupor y esperanza de los empleados de Figueruelas
"Llevamos más de un año con la incertidumbre de qué pasará en la planta"
Estupor. Esta fue la primera y unánime reacción de los 7.400 trabajadores que forman la plantilla de Opel en Figueruelas (Zaragoza) al conocer que General Motors no venderá la factoría a Magna.
"Lo he oído por la radio al levantarme. Estoy soñando, he pensado", decía ayer Carlos, que horas más tarde continuaba repitiendo: "No entiendo nada".
"Llevamos más de un año con la incertidumbre de qué pasará con nuestro puesto de trabajo. Primero la iba a comprar Fiat, luego RHJ, luego Magna, con quien hemos estado negociando duramente... Ahora ya no me creo nada", protestaba.
Quien superó más prontamente la sorpresiva noticia, pudo empezar a analizar la nueva situación. "En el fondo, Zaragoza prefiere que se lo quede General Motors. Ya sabemos cómo trabaja, y esperamos que lo mantenga todo más o menos igual", consideró Juan Antonio Cabrejas, que hace 28 años que realiza tareas en el departamento de mantenimiento. Aun así, es consciente que habrá que hacer sacrificios: "GM ya quería recortar 1.000 puestos hace dos años, pero ganamos la batalla en la negociación", recuerda. Como el resto de empleados, asumió que "de nuevo toca esperar" hasta conocer mejor los planes de GM para su factoría. "Llevamos así mucho tiempo", suspiró.
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