El cacereño Eugenio Fuentes se adentra en el universo del ciclismo en "Contrarreloj", la quinta aventura del detective Cupido, para hurgar en los entresijos de un deporte manchado por el dopaje pero cuya grandeza sería "triste e injusta" no homenajear.

Y es a la dureza y al sacrificio del ciclismo, sobre todo en aquellos que aparecen poco en las televisiones, a los que pretende brindar un homenaje Fuentes en su última novela, aunque no oculta su recelo de que las menciones al dopaje empañen, como ha ocurrido en la realidad, la grandeza del deporte.

"No se puede hablar de ciclismo sin hablar lamentablemente de dopaje, pero también sería muy triste no destacar este deporte porque haya tramposos", cuenta a Efe el escritor, aficionado al ciclismo y que no ha dudado en pedalear durante horas para vivir en sus piernas el sufrimiento de la bicicleta y para describir uno de los paisajes de montaña más conocidos de la ronda gala, el Tourmalet.

Cada capítulo de "Contrarreloj" es una etapa ficticia del Tour que avanza por Francia al mismo tiempo que Fuentes desvela el retrato completo de sus personajes y se desentraña el misterio, el asesinato en la cuarta etapa de Tobias Gros, el favorito e imbatible ganador de las últimas ediciones.

El primer sospechoso es el líder del equipo rival, que habló con Gros minutos antes de que éste fuera asesinado. Para atajar los rumores, Luis Carrión, director del equipo del sospechoso, contrata al detective Ricardo Cupido, fiel espectador de la carrera y que casualmente se encuentra en Francia.

Y así, en la investigación de Cupido "que encuentra las preguntas adecuadas que los demás no pueden dejar de responder" el lector descubre los entresijos del ciclismo, de las rivalidades, los pactos, las pasiones o los gregarios.

En esta inmersión deportiva figura el dopaje, con mención a la investigación denominada "Operación Puerto", el escándalo más importante sobre el empleo de sustancias ilícitas en el deporte de elite en España.

Tras la desarticulación de esta red en 2006, Fuentes considera que es "más difícil hacer trampas", pero cree que "siempre" habrá deportistas que intentarán conseguir con sustancias dopantes lo que la capacidad física no logra, porque "es imposible que un ciclista ascienda una cima esprintando".

Lejos de la polémica, Fuentes cuenta lo que pasa cuando el ciclista se baja de la bicicleta y se marcha a descansar al hotel, y salpica cada página de pequeñas reflexiones porque cree que toda novela debe sustentarse "en una gran idea y en pequeñas buenas ideas".

Sorprendido del interés que ha despertado su novela, tal vez porque "no hay muchas novelas que traten el tema del deporte", se muestra seguro sobre la definición de la novela negra. "No es solo un acertijo, es una pregunta sobre los motivos que tiene alguien para ser desdichado".

También tiene claro que el interés que despierta el género negro es inherente al "genoma" del ser humano. "Todos queremos desvelar un enigma del qué ocurrió", pero reconoce que como escritor necesita de vez en cuando y para no deprimirse cambiar de género y preguntarse en una novela los motivos que tiene la gente para ser feliz.

De momento, no le prepara ningún otro encargo a Cupido "aunque lo tendrá", sino un ensayo sobre novela negra, "porque hay algunas afirmaciones que son discutibles y hay que hablar del corpus teórico de la renovación del género".