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Eva Lootz se sirve del arte y la ciencia para denunciar la evolución hídrica

EFE

Eva Lootz se ha servido del arte y la ciencia para denunciar la preocupante evolución de nuestros recursos hídricos en su exposición "Viajes de agua", en la que no duda en utilizar la tecnología digital para manipular mapas de los ríos y sus afluentes.

En la muestra, que se puede ver en La Casa Encendida, Lootz conecta el curso de los ríos con la evolución humana y hace ver que el cauce de los ríos, en una imagen de satélite, guarda una gran semejanza con los vasos sanguíneos, mientras que las redes neuronales recuerdan afluentes de ríos y lagos.

Para ello, se sirve de "cajas de luz" con mapas hídricos a vista de pájaro en los que se reflejan los afluentes del Guadalquivir, los ríos pirenaicos, el Tajo, el Ebro o el Guadiana.

La exposición incluye obras de nueva producción realizadas por la artista específicamente para La Casa Encendida, así como parte de las series de su proyecto "Hidrografías", en el que trabaja desde 2005 y que tiene como objeto el agua y los ríos de la península.

La artista, nacida en Viena aunque afincada en España desde finales de los 70 y ganadora del Premio Nacional de Artes Plásticas en 1994, aprovecha la muestra para lanzar distintos mensajes sobre la necesidad de concienciación acerca del agua como bien escaso e imprescindible.

"Siempre he trabajado con materiales etéreos y sentía que alguna vez tenía que trabajar con un elemento tan esencial como el agua", señaló Lootz.

A esta concienciación ayuda el vídeo "Meditación del agua", en el que un joven "bebe y desbebe", según dice metafóricamente Lootz, en alusión a que alguien que bebe de una botella a la vez que orina.

Las transformaciones históricas del curso de los ríos, su incidencia en el desarrollo urbano, la fisonomía del territorio, la política hidráulica o el peligro de la mercantilización del agua son cuestiones que subyacen en la obra de la artista.

Así, en la muestra se dan cita esculturas de resina blanca, resultado del procesamiento digital de determinados parámetros como las inundaciones, los cambios de sinuosidad en el curso del río o la densidad del tráfico fluvial a lo largo del tiempo, procesados informáticamente para obtener un modelo tridimensional.

Las esculturas obtenidas en forma de columna representan la evolución del tramo bajo del Guadalquivir, entre Sevilla y San Lúcar de Barrameda, "el que más cambios ha sufrido", según Lootz, en el periodo comprendido entre 1720 y 1992.

Una segunda escultura esférica, de grandes dimensiones, se crea con otro tipo de parámetros, en los que se combinan los datos científicos de la sinuosidad con la longitud del río y el tiempo transcurrido en las cuencas del Guadalquivir y del Duero.

La serie de paneles titulada "Paisajes indirectos", que se exhibe por primera vez, es el resultado de pixelar el territorio en función de la absorción de la lluvia que se registra en cada zona, dependiendo del relieve o el tipo de terreno, y asignar un color a cada área según se absorba in situ o corra en una de las direcciones cardinales.

Este proceso de pixelado da como resultado un panel de colores que, según explicó hoy su autora, refleja fielmente los accidentes del terreno.

"Tres millones de personas mueren cada año a causa de agua contaminada", "El dinero no hará crecer las lechugas" o "Puede que un día encuentres el desierto en tu nevera" son algunos de los eslóganes propuestos por la artista en la muestra.

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