Este artículo se publicó hace 15 años.
Ferry Clot, el escultor de las Harleys, expone en Madrid diez creaciones
Apasionado del arte y de las motos, Fernando Clot, más conocido como Ferry, trabaja desde hace veinticinco años 'esculpiendo' Harleys Davidson, unas motos que modifica y transforma sin límites hasta convertirlas en verdaderas piezas exclusivas y auténticas obras de arte.
Diez de estas creaciones han viajado desde Marbella -allí tiene su taller- hasta la galería de arte Fernando Latorre en Madrid para disfrute de los apasionados de las dos ruedas y de las vanguardias artísticas desde hoy y hasta el 12 de julio.
Sobre "Panafina", la moto "parida para romper la pana" y que presentará al campeonato mundial de motos Harleys customizadas el próximo verano en Sturgis (EEUU), Clot cuenta a EFE que esta pasión le viene de lejos, cuando ya de niño transformaba sus bicicletas para que no se parecieran a las de sus amigos.
El salto a las motos lo dio a los dieciséis años, aún sin carné de conducir. Poco después pasó a transformarlas, primero las de sus amigos y luego por encargo, "hasta que me di cuenta de que podía dedicarme a esto".
Por sus manos han pasado cerca de un centenar de motos, todas exclusivas y la mayoría Harley Davidson, la "mejor para customizar por la configuración del motor en uve, que te permite trabajar a su alrededor", explica.
En cuanto a la inspiración del artista, "no hay límites a la imaginación", desde la bautizada "Born to run" (nacida para correr), encargo de un fanático de Bruce Springsteen con unas llantas en forma de guitarra y estrofas de las canciones del "Boss", hasta "Ramera", en la que trabajó durante año y medio y que bautizó de esta singular manera por su "desbordante trasero", dice.
Hierro, aluminio, latón o cobre son algunos de los materiales que emplea en sus creaciones, aunque confiesa que ha llegado a hacer unas llantas de oro, incrustar diamantes o tapizar asientos con piel de serpiente.
"Todo depende del presupuesto del cliente", bromea Clot, quien asegura que el precio de un "cacharro" así, de 200 a 300 kilos, puede estar entre los 14.000 y los 50.000 euros.
Clot dice que la mayoría de sus clientes compran estas motos "para rodarlas" pero hay también quien las quiere solo por un deseo de contemplación, "como si fueran unas esculturas que hasta ponen en un pedestal para recrearse la vista".
Entre las que ha traído a Madrid no se ven piedras preciosas, pero sí fichas originales de casino, el tapete de la ruleta, casquillos de bala como en "Vegas Looser", su moto personal durante varios años, inspirada en los perdedores de Las Vegas.
Clot tributa también al grupo de heavy "Metallica" en una chopper setentera negra y gris plata, la última de las motos que ha customizado.
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