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Gispen, precursor del diseño holandés, en la Fundación COAM

EFE

La Fundación COAM inaugura hoy una exposición monográfica sobre W.H. Gispen (Ámsterdam,1890-La Haya,1981), precursor del diseño holandés, organizada con motivo de la celebración en Madrid de "El mes del Diseño Holandés".

Abierta hasta el 26 de abril, la muestra comisariada por el arquitecto Pedro Feduchi, descubre al público la trayectoria del polifacético diseñador holandés que alcanzó gran fama en su país pero que sigue siendo un gran desconocido en España donde, sin embargo, sus diseños están muy presentes.

En el recorrido se pueden contemplar catálogos originales de las empresas que dirigió Gispen, así como fotografías ampliadas de los interiores más importantes que amuebló entre los años veinte y treinta del siglo pasado, prestadas por el Instituto de Arquitectura de Holanda.

Se incluyen también piezas de mobiliario e iluminación, cedidas respectivamente por Dutch Originals y Giso, empresas holandesas aún hoy continúan fabricando y comercializando los diseños originales de Gispen.

Arquitecto y diseñador, Gispen revolucionó el diseño de mobiliario de la primera mitad del siglo XX. Al concluir sus estudios, en 1916, compró una empresa de metalistería y la transformó en Gispen & Co, la oficina de diseño de ornamentos en metal y cobre que le convirtió en un empresario que produjo sus propias ideas y desarrolló múltiples facetas.

Escribió sobre diseño industrial y metalistería, participó en talleres para difundir las ideas funcionales y la industrialización de los objetos cotidianos, e impartió cursos y conferencias.

Miembro destacado de la asociación de arquitectos vanguardistas de Rótterdam Opbouw y amigo, colaborador y compañero de miembros tan representativos como Rietveld, Stam y Oud, con el que firmó su famosa lámpara para piano.

Las sillas sin patas traseras y con tubos de acero, la lámpara para piano y los largos antebrazos estilizados fueron acogidos con entusiasmo en la sociedad holandesa. Ya en 1927 sus lámparas iluminaban algunos interiores de las viviendas experimentales que se presentaron en la Weissenhof de Stuttgart.

En los primeros años treinta, sus diseños comenzaron a entrar en las casas de los arquitectos más progresistas, que acudían a él en busca de mobiliario para decorar los interiores de sus edificios en consonancia con las ideas estéticas que querían poner en práctica.

Dejándose guiar únicamente por su intuición, construyó un puente entre lo estéticamente atractivo y lo comercialmente viable que le permitió tener abiertos en sus mejores momentos puntos de venta en Holanda, Bélgica, Francia, Inglaterra e incluso Sudáfrica.

A partir de entonces, la fama de W. H. Gispen se consolidó, lo que le impulsó a no parar de idear, fabricar y vender hasta que dio por terminada su actividad como diseñador, trasladándose a la Costa Brava. Allí ocupó uno de los cuatro bungalows que había construido, recibió clases de esmalte y organizó exposiciones de su obra gráfica hasta que cumplió los 90 años.

En una búsqueda constante de la optimización y la sencillez, Gispen desarrolló unas avanzadas ideas estéticas que lo convirtieron en el precursor del funcionalismo holandés.

Realizó estudios sobre la iluminación utilitaria para uso doméstico, sustituyó los armazones atornillados por los soldados y creó productos sólidos y duraderos, con colores puros y formas sencillas.

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