Este artículo se publicó hace 13 años.
La hermana de Amorós, cesada en la CAM
Fue ascendida en la caja en abril pasado. Los sindicatos hablan de "nepotismo"
La hasta ahora directora de Particulares de la Dirección Territorial de Alicante de Caja Mediterráneo (CAM), Luisa Esperanza Amorós, hermana de la ex directora general de la entidad María Dolores Amorós, ha sido cesada de su cargo, según confirmaron fuentes sindicales con representación en la caja. La orden de su cese fue comunicada anteayer y ha sido adoptada por los administradores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que gestionan la entidad desde que fue intervenida por el Banco de España, en julio pasado.
Luisa Esperanza Amorós, que procedía de la Dirección de la zona de Torrevieja (Alicante) de la entidad, fue nombrada directora de Particulares de la Dirección Territorial en abril de 2011, unos meses después de la llegada de su hermana a la dirección general y tras una remodelación del organigrama "a raíz del fracaso de la fusión con Cajastur", según los sindicatos, que aseguran que accedió al cargo "por ser quien era" y hablan de "nepotismo".
"Fue un privilegio que le concedió su hermana y eso no debe ser así", añaden los sindicatos, que apuntan que cualquier directivo, "igual que es nombrado, puede ser cesado". Su puesto, añaden, será ocupado por Carlos Cantó, "un hombre de la casa". Fuentes oficiales de la CAM evitaron hacer ningún comentario sobre el cese de Amorós, que no negaron. Tampoco quisieron aclarar si ha sido reubicada en otro puesto.
Según el diario Información, que adelantó la noticia, la situación de Luisa Esperanza Amorós no era "nada cómoda" desde que, en septiembre pasado, su hermana fue despedida por los administradores del FROB entre acusaciones de falseamiento de cuentas y de que la ex primera ejecutiva de la entidad se autoadjudicara una pensión vitalicia de 370.000 euros al año que ahora pretende que se restablezca en los tribunales.
Mano derechaMaría Dolores Amorós fue directora general de la CAM durante apenas unos meses, los que transcurrieron desde que su gran valedor y antecesor, Roberto López Abad (del que fue mano derecha durante años), abandonara hace casi un año la dirección general de la entidad cuya expansión (basada, sobre todo, en el ladrillo) pilotó.
A principios de mes, el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska admitió a trámite una querella contra Amorós, acusada de delito societario, de estafa y de falsedad documental. La Fiscalía Anticorrupción también investiga su gestión.
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