Unas 9.000 personas procedentes de distintos puntos de España y países extranjeros celebran hoy en Bérchules, en las Alpujarras granadinas, la XV Nochevieja de verano, algo menos de los 12.000 esperados debido a un incendio forestal que comenzó el jueves y que, aunque controlado, no se ha extinguido.

Así lo ha explicado hoy a Efe la portavoz de la comisión organizadora, Laura Puche, quien ha lamentado las consecuencias de ese fuego "malintencionado" pero ha agradecido que, finalmente, la mayoría de quienes tenían previsto acudir a este singular festejo se haya animado a participar en las diferentes actividades programadas.

Una amenaza de otro incendio intencionado colgada en internet, que la Guardia Civil consideró falsa, también produjo "cierto temor", pero la seguridad está garantizada tanto por la presencia del dispositivo andaluz de lucha contra los incendios forestales (Infoca) en el área del fuego como por las medidas de seguridad adoptadas, por lo que "quien quería fastidiar la fiesta no ha podido", ha dicho Puche.

La historia de esta celebración navideña fuera del calendario habitual se remonta al 31 de diciembre de 1994, cuando un apagón del suministro eléctrico dejó a los vecinos sin fiesta y les llevó a organizarla el primer sábado de agosto desde 1995, cada año con una reivindicación distinta.

Esta décimo quinta edición se ha escogido la igualdad de la mujer, por lo que son tres féminas las que encarnan a los Reyes Magos en la ya tradicional cabalgata.

Desde las 08.00 horas foráneos y lugareños se han entregado a la fiesta con el desfile de borricos cargados de mazapán, mantecados y anís que, pese al calor, se han consumido.

Al mediodía se ha degustado cerveza y jamón en la barra de la asociación que organiza las actividades y, tras la cabalgata de los Reyes Magos, el alcalde, Ricardo Zapata (PSOE), dará la bienvenida a los asistentes, les felicitará la Navidad y entregará premios a las mujeres que cada año instalan un Belén en los portales de sus viviendas.

Con el pregón seguirá la celebración, ya que corre a cargo de la la cantaora flamenca María Pérez Peralta, oriunda del municipio y que tiene previsto intercalar su arte durante la lectura.

Y las doce campanadas se acompañarán de otros tantos "cañonazos" de corcho blanco pulverizado a modo de nieve, y de las tradicionales uvas, de las que el Ayuntamiento distribuirá 200 kilos.

Pese a que otros años se han regalado 500, la merma de la presente cosecha ha llevado a reducir las uvas, aunque Puche cree que serán suficientes porque otros años "se han despilfarrado".

No obstante, buscan ya una empresa que colabore ofreciendo las uvas a todos los que asisten a este original y extemporáneo festejo, como ya se hace con los mantecados.

Además, en esta edición nadie tendrá que preocuparse por la letal mezcla de alcohol y conducción, ya que el Ayuntamiento ha dispuesto minibuses que conectan Bérchules con distintos puntos desde la mañana hasta la madrugada.

La población de Bérchules, de unos 800 personas, se multiplica hoy por 12, motivo por el que la vigilancia y las medidas de seguridad también se amplían en la zona al contar con unas 40 personas entre voluntarios de Protección Civil y agentes de la Guardia Civil, que velan por el buen desarrollo de la fiesta.