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Italia despidió con un funeral de estado a la 21 víctimas de las inundaciones en Sicilia

EFE

Italia vivió hoy una jornada de luto para despedir en la catedral de Messina con un funeral de estado a 21 víctimas del temporal, que la semana pasada azotó esta provincia siciliana, y desprendió parte de una montaña, derrumbó edificios y todavía se busca bajo el fango a ocho desaparecidos.

El funeral, al que asistió el primer ministro, Silvio Berlusconi, fue oficiado por el arzobispo de Messina, Calogero La Piana, quien en una dura homilía pidió a los gobernantes que "devuelvan" la serenidad a los messineses y denunció la negligencia y la especulación con el territorio como unas de las causas de la tragedia.

Y es que algunas de las casas destruidas por el aluvión que se abatió sobre los pueblos de Giampilieri, Scaletta Zanclea, Altolia, Briga y Molino habían sido construido en el cauce de un riachuelo y otras habían sido levantadas al pie de una montaña.

"Devolvernos la serenidad, darnos la garantía de un plan de seguridad, hecho de obras concretas y no sobre el papel para que tragedias como esta no vuelvan más a suceder", denunció el arzobispo.

La Piana subrayó que el territorio afectado es bello, fascinante y rico de color, vegetación y arte, "pero por desgracia muchas veces ultrajado, arruinado, violado por el pecado del hombre, la negligencia e intereses privados y egoístas, de lógicas perversas y especulaciones de todo tipo".

Las palabras del arzobispo fueron acogidas con un fuerte aplauso por las más de cinco mil personas que llenaban la catedral y la plaza exterior, entre ellas familiares de las víctimas, cuyo balance provisional es de 28 muertos y ocho desaparecidos, a los que bomberos y protección civil siguen buscando bajo el fango, endurecido ya debido al buen tiempo que ahora reina en la zona.

Los 21 féretros estaban cubiertos con la bandera italiana, al considerarse que se ha consumado una tragedia que afecta a todo el país, como el terremoto del pasado mes de abril en la región central de Los Abruzos, que destruyó parte de la ciudad L'Aquila y pueblos de alrededor.

Junto a Berlusconi asistió el presidente del Senado, Renato Schifani, en nombre del Jefe del Estado; así como el ministro de Justicia, Angeliono Alfano, y el presidente de la Región Siciliana, Raffaele Lombardo, quienes insistieron en que se tomarán medidas para que situaciones similares no vuelvan a ocurrir y que se clarificará lo sucedido.

Concluida la misa y cuando Berlusconi abandonaba el templo fue increpado por numerosos asistentes, que le gritaron: "asesino", "bufón", "desaparece", "vete", mientras otros le dijeron "estamos contigo", "ánimo Silvio, sigue por tu camino".

Berlusconi aseguró que, al igual que en L'Aquila, los damnificados tendrán casas nuevas en poco tiempo y se reconstruirán las zonas afectadas. Además de los fallecidos, cerca de 600 vecinos se encuentran alojados temporalmente en hoteles de la zona, al quedar sus casas inhabitables.

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