Este artículo se publicó hace 11 años.
Madrid sustituye al 80% de los integradores de niños autistas
Educación no renovará a los profesionales que lleven más de 24 meses atendiendo a alumnos con necesidades especiales y tirará de parados. Asociaciones y padres advierten de que el cambio supondrá "un grave r
En la Comunidad de Madrid hay cerca de 1.500 niños y niñas de 0 a 6 años con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) y Trastorno de Espectro Autista (TEA) que reciben atención personalizada y gratuita en su centro de enseñanza. En grupos de apoyo de un máximo de cinco alumnos, los integradores y educadores sociales les ayudan a superar los bloqueos que les impiden estar en contacto con el mundo. Estos profesionales son contratados por obra y servicio, curso tras curso, por la Comunidad de Madrid, pero este año, los que hayan trabajado más de 24 meses seguidos no podrán mantener su empleo. Eso significa que más del 80% de los integradores sociales que trabajan en las 104 aulas TGD que hay en toda la comunidad serán despedidos y sustituidos a través de las demandas de empleo generadas en el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe).
La bolsa de empleo de la que, hasta ahora, tiraba la Comunidad de Madrid para cubrir estos puestos se elaboraba mediante un concurso de méritos en el que puntuaba la formación y la experiencia. "Ahora no se tendrá en cuenta la experiencia, sólo la formación, y eso no es suficiente", denuncia José Antonio Maleno, presidente de Sumatea (Sur Madrid Trastorno del Espectro Autista) y responsable de comunicación de la Federación Autismo Madrid. Este cambio, añade, supone "un claro retroceso" en las mejoras educativas alcanzadas hasta ahora en el desarrollo de estos niños y niñas con necesidades educativas especiales. "Su base es la rutina y empezar el curso con un profesional desconocido no será fácil para ellos", insiste.
"Empezar el curso con un profesional desconocido no será fácil para ellos", advierte una asociaciónMarta Sánchez, integradora social en el colegio Federico García Lorca de Arganda del Rey, coincide con este diagnóstico: "Los alumnos con TEA no llevan bien los cambios, son muy susceptibles a cualquier tipo de alteración en su rutina y necesitan cierta continuidad a su alrededor para que se pueda crear un ambiente de confianza". Marta lleva cuatro años siendo contratada en septiembre y despedida en junio por la Comunidad de Madrid. Este curso, en cambio, aún no la han llamado. Ella es una de las afectadas por este cambio. "De los 70 profesionales que estamos en la bolsa de empleo, sólo han convocado a los últimos 13", indica. Estas 13 personas son las únicas que no han tenido contratos temporales superiores a los 24 meses de duración a lo largo de 30 meses. En este punto, el Estatuto de los Trabajadores obliga a contratar a los empleados indefinidamente y eso es lo que, según la Fundación Autismo Madrid, quiere evitar la Administración.
La Consejería de Educación madrileña se escuda en la limitación legal del Estatuto de Trabajadores y concede que esta normativa "sí permite a la Administración que estos trabajadores puedan ser contratados en otras modalidades, como por ejemplo, contratos de relevo o sustituciones". El departamento que dirige Lucía Figar ha respondido a Público mediante un comunicado que "la consejería seleccionará a los trabajadores que necesite para prestar este servicio en las bolsas de trabajo vigentes en la Comunidad de Madrid, atendiendo a su titulación profesional y experiencia".
Experiencia y vínculoLa Administración, sin embargo, ignora la importancia de la continuidad del entorno en el proceso de aprendizaje de estos niños y niñas. "No estamos en contra de que haya profesores nuevos, pero no todos los integradores sociales tienen experiencia en autismo", aclara Jose, padre de una niña con TGD. "Este septiembre, mi hija espera encontrarse con Tatiana, su integradora, con la que ha creado un vínculo y con quien ha aprendido vocabulario y a jugar con otros niños. Cada profesional tiene su proyecto a desarrollar, no tiene sentido que se interrumpa por cuestiones burocráticas y que ahora los niños tengan que empezar de nuevo con un profesional desconocido, con unos métodos difrentes y con un plan de trabajo nuevo", critica este padre, que pone en duda que el cambio de técnicos se haga efectivo a tiempo porque en el centro de su hija aún no tienen constancia de ello.
La Consejería de Educación, en su comunicado, "garantiza que los colegios públicos de la Comunidad de Madrid seguirán contando este próximo curso con alrededor de 700 fisioterapeutas, enfermeros, integradores sociales y otros trabajadores eventuales que prestan sus servicios atendiendo a alumnos con necesidades especiales".
La Federación Autismo Madrid y la Asociación para promover y proteger la calidad de vida de las personas con TEA/TGD (PROTGD-TEA) nos las tienen todas consigo e incluso varios padres de la zona oeste de Madrid ya han conseguido 47.000 firmas en una petición en Charge.org dirigida a la consejería para que mantenga el empleo a los integradores.
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