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El marido defiende la inocencia de su mujer belga acusada de matar a su bebé

EFE

El marido de la acusada de haber matado y abandonado a su bebé recién nacido en Santa Susanna (Barcelona) en julio de 2006, Wim Albert J. V., ha defendido hoy la inocencia de su mujer, al asegurar que "nunca sería capaz" de matar ni de hacer ningún daño a alguno de sus hijos.

Los hechos ocurrieron la mañana del día 24 de julio de 2006 cuando Katrien H. decidió parir sola en la habitación del Aparthotel Marítim de Santa Susanna en el que se hospedaba con su marido y tres hijos menores de edad, sin ayuda de nadie y ocultando a su marido tanto el embarazo como el parto.

La mujer se levantó indispuesta el día 24, por lo que pidió a su marido, que desconocía por completo su embarazo, que se llevara a los niños a desayunar.

Un juzgado popular empezó a juzgar ayer en la Audiencia de Barcelona a Katrien H., quien aseguró que el bebé nació muerto, por lo que fue "incapaz" de reanimarlo y que fruto de un "ataque de pánico" decidió no avisar a nadie e introducir el cuerpo del bebé fallecido junto a su placenta en una bolsa que dejó en el baño de la habitación y que fue recogida posteriormente por unas empleadas de limpieza que descubrieron lo sucedido.

En la segunda sesión del juicio celebrada hoy, Wim Albert J. V. ha calificado de "normal" que su mujer entrase en un "estado de shock" tras la muerte accidental de su hijo y de "imposible" que la acusada ahogase al recién nacido en la bañera, tal y como sostiene la fiscalía.

El fiscal pide una pena de veinte años de prisión para la acusada y el sobreseimiento provisional para su marido, así como una indemnización, en conceptos de daños morales, de 30.000 euros para el marido y de 20.000 euros para cada uno de sus tres hijos.

En su intervención, Wim Albert J.V. ha explicado que realizó tres visitas a la habitación para ver el estado de su mujer a lo largo de una hora y media -la primera visita fue a las 10.45 horas, una hora después de haberla abandonado con sus hijos, la segunda a las 11.00 horas y la tercera a las 12.15 horas-, y que en sendas ocasiones la encontró en el servicio sentada junto a la bañera y rodeada de "bastante" sangre en el suelo.

La acusada le comentó que la sangre se debía a problemas menstruales y le instó a abandonar la habitación para ir a cuidar a sus tres hijos y evitar, por tanto, que éstos viesen el estado en que se encontraba el cuarto de baño.

No fue hasta su tercera visita a la habitación -en todas ellas la puerta se la abrió una empleada de la limpieza del hotel ya que su mujer tenía las llaves en el interior- cuando el marido vio por primera vez la bolsa de plástico en la que su mujer introdujo -como reconoció en la sesión de ayer- el cuerpo del bebé fallecido.

Sin embargo, la acusada le aseguró -en un estado "muy débil, fuera del mundo"- que dentro de la bolsa había algunas de las toallas que había utilizado para limpiar la sangre, ha explicado Wim Albert J. V.

Asimismo, el marido ha reconocido que no descubrió que su mujer había estado embarazada y había dado a luz a un cuarto hijo hasta que fue interrogado por los Mossos d'Esquadra, tras haber sido atendida Katrien H. en el Hospital de Calella y haberse encontrado las empleadas de limpieza la bolsa con el bebé muerto.

En este sentido, ha exculpado a su mujer de no haberle comunicado su cuarto embarazo, lo ha atribuido a la situación que vivía la pareja en ese momento -Wim Albert J. V. trabajaba la mayor parte de la semana fuera de Bélgica- y se ha mostrado convencido de que Katrien H. no habría viajado a España para hospedarse dos semanas en Santa Susanna si hubiese sido consciente de que se encontraba en la fase final de su embarazo.

Asimismo, Wim Albert J. V. ha dicho que la pareja se había planteado tener un cuarto hijo, que su mujer es normalmente reticente a visitar médicos y que desde lo ocurrido en 2006 la pareja ha estado siguiendo una terapia psicológica.

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