Este artículo se publicó hace 16 años.
El mexicano Ruy-Sánchez defiende el derecho del autor a alterar y mezclar los géneros
La reflexión sobre el deseo y sus equívocos fue el impulso que llevó al escritor mexicano Alberto Ruy-Sánchez a hilvanar su última obra, "La mano del fuego", reveló el autor hoy en Madrid, donde defendió el derecho a alterar y mezclar los géneros literarios.
"La mano del fuego", ahora presentada en España pero que ha alcanzado ya su cuarta edición en México, completa un ciclo que el escritor comenzó con "Nueve veces el asombro" y al que siguieron tres títulos más dedicados al impulso del deseo.
Ruy-Sanchez, hijo de padres originarios del norte de México, subrayó en entrevista con Efe que la cuestión de los géneros literarios "no es sencilla" y menos cuando se vive cerca de Estados Unidos. Por ello, reclamó el derecho del autor a escribir "lo que uno quiera".
Aunque, sí aclaró que no le gusta que etiqueten su escritura como narrativa erótica, porque, explicó, "este género tiene su razón de existir cuando hay una prohibición, de lo contrario pierde su sentido".
Así, con esa premisa, Ruy-Sánchez presenta en "La mano del fuego" un texto de narrativa, poética y ensayo que da forma a dos historias paralelas.
Por una parte, relató el autor, explora las cinco facetas de un hombre que trata de comprender el amor y el deseo. Y, por otra, la de un ceramista que investiga la semejanza entre la humedad del barro de sus piezas y la de sus amantes.
Ruy-Sánchez describe al ceramista como aquella persona que le interesa "ser el mejor en su oficio y trasladar esa perfección al amor".
El texto tiene como escenario la ciudad marroquí de Mogador, que ha inspirado a Ruy-Sánchez tanto en su faceta de escritor, como de ensayista y crítico de arte.
La herencia árabe que impregna múltiples aspectos de la cultura mexicana, desde la lengua a la arquitectura pasando por la cerámica y hasta el urbanismo es otro de los asuntos que más interesan a Alberto Ruy-Sánchez y que le han llevado a foros internacionales a impartir conferencias.
"Hace más de veinte años descubrí Mogador y los lazos del mundo magrebí con el mexicano, tanto en la manera de ser de sus habitantes como de sus paisajes", explicó.
"Además -añadió- tanto Marruecos como México tienen reminiscencias de la España más antigua y de su arte mudéjar", el estilo arquitectónico que floreció en la Península Ibérica desde el siglo XIII hasta el XVI, caracterizado por la conservación de elementos del arte cristiano y el empleo de la ornamentación árabe.
"La mano del fuego" cuenta con ilustraciones de cinco amuletos árabes que dan fe del trabajo de Ruy-Sánchez como editor de una prestigiosa revista de arte.
Sin decir adiós, pero sí distanciándose temporalmente del mundo árabe, este estudioso de los místicos, quien invita a convertir a nuestro amante en una deidad, ha elegido la capital francesa como escenario de su próxima obra.
En ella se adentrará en la historia Sylvia Ageloff- residente en Nueva York pero de vacaciones en París- y a quien el español Ramón Mercader debía enamorar para llegar hasta León Trosky y asesinarlo.
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