Este artículo se publicó hace 14 años.
México priva de la victoria a Sudáfrica en el partido inaugural
Por Andrew Cawthorne
La selección de fútbol de México privó de un comienzo soñado a Sudáfrica, anfitrión del Mundial, al empatar 1-1 en los minutos finales del encuentro en el estadio Soccer City, frustrando la celebración de decenas de miles de aficionados caracterizados por el ensordecedor ruido de sus vuvuzelas.
Tras este emocionante primer encuentro de los 64 del campeonato, Francia y Uruguay decepcionaron con un empate sin goles que no hizo justicia al imponente estadio Green Point de Ciudad del Cabo, flanqueado por Table Mountain.
El día fue casi redondo para los "Bafana Bafana", como es conocido el equipo sudafricano, que no defraudaron frente al peso de la expectación y la euforia, y tuvieron un gran rendimiento en el primer partido del Mundial.
El golazo de Siphiwe Tshabalala a los 55 minutos de juego puso en éxtasis a los cerca de 84.000 hinchas del estadio cercano a Soweto, una de las sedes de la resistencia contra las políticas de segregación racial que marcaron la historia reciente del país.
Sin embargo México, que dominó la primera mitad del encuentro pero tuvo problemas para mantener el ritmo en el segundo tiempo, se las arregló para poner las cosas 1-1 a los 79 minutos, cuando el veterano Rafael Márquez aprovechó un descuido de la zaga africana que lo dejó solo ante el portero rival.
Sudáfrica tuvo una oportunidad inmejorable a pocos minutos del final, pero estrelló la pelota en el poste.
El más que aceptable trabajo, en comparación con el de un equipo que muchos sudafricanos habían desahuciado hasta hace un tiempo, ayudó a dejar de lado el sinsabor que dejó la ausencia del ex presidente Nelson Mandela en el partido inaugural.
Mandela canceló su asistencia a la inauguración después de que una bisnieta falleciera en un accidente de tráfico cuando se trasladaba a casa tras asistir a un concierto en la antesala del Mundial. Zenani Mandela, de 13 años, era una de las nueve bisnietas del ex presidente, cuyo carisma y prestigio ayudaron al país a ganar en 2004 la opción de organizar el Mundial.
IRREGULARES
Por su parte Francia, en el encuentro frente a Uruguay, se vio muy lejos de ser aquel potente equipo que ganó el Mundial en 1998. El técnico francés, Raymond Domenech, se lamentó por el empate y alabó a la defensa charrúa.
El desordenado juego ofensivo galo no pudo traspasar la maraña defensiva que tejieron los "celestes" en el área, que optaron por despejar los balones con potentes disparos hacia campo contrario.
Tras el dominio de los franceses en los primeros 45 minutos, los uruguayos comenzaron la segunda parte presionando más arriba, pero tan sólo el delantero referente de Uruguay, Diego Forlán, quien buscaba más apoyo de sus compañeros, logró llevar algo de peligro al área rival.
Ambos selecciones parecían buscar el gol más con el corazón que con la cabeza, generándose así dudas sobre el camino de cada uno en el Mundial.
PAÍS DEL ARCOIRIS UNIDO
Cientos de miles de sudafricanos llenaron los bares, las casas y las plazas, en un espectáculo de alegría que puede acelerar la unidad en una nación aún dividida por temas raciales y la desigualdad social, 16 años después del final del apartheid.
"El país del arcoíris se ha reunido", dijo el profesor Disebo, de 36 años, en la ciudad de Bloemfontein.
Las ensordecedoras trompetas vuvuzelas resonaron mientras se ondeaba la bandera sudafricana, en reuniones donde primó la tranquilidad y el orden. Tres personas resultaron heridas en un accidente automovilístico en un parque para los aficionados durante el partido de inauguración en Johannesburgo.
Los organizadores expresaron su emoción durante el primer día.
"Es simplemente fantástico que el primer gol del primer Mundial en África haya sido para Sudáfrica, realmente no podríamos haber escrito un mejor guión", dijo Danny Jordaan, encargado local de la organización del Mundial.
Ningún país fuera de Europa y Sudamérica ha ganado el Mundial y España figura como favorito para levantar el trofeo, aunque Brasil es el elegido por los aficionados, según un sondeo.
"MOMENTO DE ÁFRICA"
Durante una vistosa ceremonia antes del partido inaugural, los aviones volaron sobre cientos de artistas que bailaron y cantaron en el estadio de 90.000 espectadores, que imita la forma de una "calabash", una típica olla africana.
Un escarabajo gigante hizo rodar una pelota en el césped.
"Ha llegado el momento para África", dijo el presidente sudafricano, Jacob Zuma, al público en el estadio. Transmitió el mensaje de Mandela: "El juego debe comenzar, deben disfrutar el juego".
Dentro y fuera del estadio el ambiente era de fiesta. Decenas de aficionados mexicanos vestidos como cantantes de mariachi con sombreros bromearon con los sudafricanos.
El héroe sudafricano contra el apartheid Desmond Tutu, que ha dicho que el Mundial tendrá un impacto tan grande para los negros como la elección en Estados Unidos del presidente Barack Obama, bailó fascinado llevando la bufanda de los Bafana.
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