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La muerte de Puerta en la memoria

Jarque fallece dos años después que el lateral andaluz

RAUL MORÓN / I.ROMO

La muerte de Dani Jarque reabre el recuerdo de la pérdida sufrida hace ahora casi dos años en el estadio Sánchez Pizjuán. Ocurrió durante la primera jornada de la Liga de 2005. El conjunto hispa-lense se estrenaba ante el Getafe, y al alcanzar el minuto 28 de la primera mitad, el lateral izquierdo Antonio Puerta se desplomaba sobre el terreno de juego.

El jugador permaneció inconsciente durante unos minutos, mientras sus compañeros intentaban reanimarle y evitar que se tragara la lengua. El defensa pudo retirarse a los vestuarios por su propio pie, y rápidamente fue trasladado al hospital. Un desfibrilador le mantuvo con vida a pesar de sufrir varias paradas cardiorespiratorias desde su salida del campo. Dos días más tarde, Antonio falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Virgen del Rocío de Sevilla a causa de una displasia arritmogénica del ventrículo derecho de su corazón.

Coincidencias nefastas del destino, hay más de una similitud entre la pérdida de Antonio Puerta y la del espanyolista Jarque. La pareja del que había sido proclamado capitán del Espanyol en la pretemporada está embarazada de siete meses. El sevillano también esperaba un hijo, y cuando falleció su novia también estaba de ocho meses de gestación. Una coincidencia que realza el drama. Incluso Jarque ha llegado a jugar como lateral izquierdo, la misma demarcación de Puerta, al que sustituyó en la selección Sub 21.

El de Puerta no era el primer caso de muerte súbita de un deportista durante la práctica deportiva. Las muertes súbitas en el deporte no alcanzan una frecuencia extraordinaria, pero tampoco son hechos que sucedan cada diez años.

El análisis de la mayoría de las muertes súbitas de los deportistas apunta a dos posibles causas, en función de la edad. Se ha detectado un curioso punto de corte a los 35 años. Por encima de esta edad, las muertes son fundamentalmente de origen coronario (infarto de miocardio).

Por debajo de los 35 años, las muertes están más relacionadas con la estructura del miocardio o con alteraciones en el ritmo de los latidos.

El camerunés Foe falleció en el terreno de juego el 23 de junio de 2003 mientras disputaba la las semifinales de la Copa Confederaciones ante Colombia. Cayó inconsciente sobre el césped, minutos más tarde de sentir molestias y tener que retirarse por unos minutos. El camerunés abandonó el terreno de juego ya fallecido, debido una hipertrofia cardiaca. Un año más tarde, el internacional húngaro Miklos Feher perdía la vida por un tromboembolismo pulmonar en enero de 2004. Aún se recuerdan las lágrimas de Camacho, su entrenador en el Benfica.

En septiembre de 2007 fallecía un corredor de 17 años en la Media Maratón de Puertollano. El corredor Diego García, el baloncestista Jumikis o el ciclista Sermon son otros ejemplos.

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