Este artículo se publicó hace 15 años.
Los muertos en Italia llegan a 228 y siguen las réplicas
Fuertes réplicas volvieron a sacudir el martes el centro de Italia y obstaculizaron los esfuerzos de rescate después de que el peor terremoto que ha afectado al país en tres décadas dejara al menos 228 muertos y a miles de personas sin hogar.
La peor de las réplicas desde el lunes dispersó a los equipos de emergencia y derrumbó edificios, incluidas partes de la basílica y la estación, mientras anochecía en la histórica ciudad medieval de L'Aquila.
El alcalde de L'Aquila dijo que una persona había muerto en el barrio de Roio, pero los bomberos no pudieron confirmarlo. El temblor de 5,6 grados pudo sentirse en Roma, 100 kilómetros al este de la localidad en la región de Los Abruzos, e incluso hasta en Nápoles.
"Aconsejamos a la gente que no vuelvan a sus casas", dijo el primer ministro, Silvio Berlusconi, en una rueda de prensa en L'Aquila, donde agregó que los esfuerzos para encontrar a más gente con vida continuarían al menos dos días más.
Cientos de trabajadores de emergencias, muchos de ellos voluntarios, usaban excavadoras e incluso sus manos para remover los escombros, y celebraron que una joven de 20 años fue rescatada con vida 42 horas después del terremoto bajo los restos de un edificio de cuatro plantas, aunque la cifra de muertos creció firmemente a lo largo del día.
En la jornada también hubo momentos de extrema tristeza, como cuando uno de los bomberos que lideraba las tareas de rescate desenterró el cuerpo de su hijastra de los restos de un edificio.
Al menos 228 cadáveres habían sido trasladado a una morgue provisional en una escuela para la Policía Financiera italiana, según informaron medios locales. Unas 1.500 personas estaban heridas, unas 100 graves, y menos de 50 estaban desaparecidas.
Un ciudadano español que estaba desaparecido fue localizado en un hospital de la zona, en buen estado aunque con golpes bastante fuertes, según confirmó el cónsul de España en Nápoles, Luis Gómez de Aranda.
"Hay pocas esperanzas de encontrar a alguien debajo de los escombros", dijo un funcionario de la agencia de protección civil en un campo instalado fuera de L'Aquila.
Las muestras de solidaridad llegaron desde Italia y el extranjero. Los equipos de fútbol del país dijeron que donarán los ingresos de los partidos de este fin de semana a las víctimas, mientras universidades y periódicos en toda la nación recogían donaciones.
Las autoridades dijeron que el seísmo afectará severamente la economía de la región, en gran parte basada en el turismo, la agricultura y pequeñas empresas familiares.
FALTAN TIENDAS
Mientras anochecía por segunda vez desde el desastre, miles de personas buscaban cobijo en zonas cubiertas de tiendas de campaña azules colocadas por las autoridades. Berlusconi, que ha declarado el estado de emergencia nacional y enviado soldados a la zona, prometió 20 tiendas más y 16 cocinas de campaña para acomodar a 14.000 personas.
Las autoridades estiman que 17.000 personas han perdido sus hogares.
El seísmo, de una magnitud de entre 5,8 y 6,3 en la escala de Richter, se produjo poco después de las 03.30 hora local (0130 GMT) del lunes, sorprendiendo a las personas mientras dormían y derrumbando viviendas, antiguas iglesias y otros edificios en 26 ciudades y pueblos.
El primer ministro se comprometió a buscar cientos de millones de euros en un fondo para catástrofe del que dispone la Unión Europea.
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