Rafael Nadal ha mantenido su papel de favorito al título de Roland Garros y consiguió con facilidad su billete para la final en la que tratará de conseguir su quinto título del torneo parisino, demostrando al público de la pista central que es el maestro incontestable de la tierra batida.

El manacorí, número dos del mundo y que viene de ganar en Montecarlo, Roma y Madrid, se deshizo del austriaco Jürgen Melzer, cabeza de serie 22 y que con 29 años disputaba su primera semifinal en un torneo de Grand Slam, con un resultado de 6-2, 6-3 y 7-6 en dos horas y nueve minutos.

Nadal se enfrentará el domingo al sueco Robin Soderling, séptimo en la clasificación de la ATP y su verdugo en la final del año pasado, que previamente se impuso al checo Tomas Berdych por 6-3, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-3.

El mallorquín, campeón consecutivo entre 2005 y 2008, no dejó mucho tiempo a las dudas sobre la posibilidad de un reencuentro entre ambos.

"Estuve nervioso durante todo el torneo, pero hoy estaba un poco más relajado porque ya estaba en la semifinal", dijo Nadal a los periodistas.

"Estoy allí, estoy en el último partido. Estoy donde soñé estar hace mucho tiempo", agregó el tenista, que celebró su victoria lanzando una pelota a la multitud y con un gran salto.

El partido del domingo le dará al mallorquín, de 24 años, la ocasión de la revancha frente al sueco.

La victoria de Soderling frente a Nadal el año pasado ha sido la única derrota hasta el momento del español en 38 partidos en Roland Garros.

El viernes, Nadal tuvo que luchar en el último set contra un oponente que estaba determinado a no marcharse de su primera semifinal de grand slam sin ofrecer espectáculo.

Finalmente el manacorí, como habitualmente hace sobre la tierra batida, fue lo suficiente poderoso y preciso y recuperó su ritmo para ganar el tercer set en el tiebreak a pesar de desperdiciar dos puntos de partido.

"Cometí algunos errores y en el juego 5-4 jugué un primer punto terrible", afirmó. "Lancé un golpe fuera de la línea, tres metros fuera. Estaba un poco nervioso después de eso".

Volviendo sus pensamientos a la final del domingo Nadal, que todavía no ha perdido un partido sobre tierra batida este año, se mostró cauto.

"Intentaré jugar mi mejor tenis. Eso es lo que tengo que hacer. Si no, será casi imposible ganar a Robin porque está jugando a un nivel increíble", afirmó.