Este artículo se publicó hace 16 años.
Las negociaciones de la OMC entran en un momento decisivo para su resolución
La tensión ha subido a sus máximos en la reunión ministerial de hoy, en la que ministros de treinta potencias comerciales intentan salvar siete años de trabajo para la liberalización del comercio mundial, y se estima que las próximas horas serán decisivas para salir adelante o sellar un fracaso.
Los ministros llegaron hace cuatro días a Ginebra en repuesta a una convocatoria del director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que hoy admitió que el proceso está en un proceso delicado y que "las próximas 24 horas son decisivas".
Ahora todos esperan un movimiento de India, que ha manifestado una posición muy dura frente a las demandas de liberalización de los países ricos, que consideran que los países emergentes, que registran tasas de crecimiento muy elevadas, deben ahora abrir sus mercados.
Brasil, para el que los textos de negociación en agricultura y apertura de mercado industriales son aceptables, intenta por su parte convencer a India -con el que lidera el G-20 de países agrícolas en desarrollo- de dar un paso que distienda el ambiente.
Negociadores de distintos países consultados por Efe han coincidido en describir como "pesimista" la atmósfera entre las delegaciones, pero nadie se atreve aún a decir que la Ronda fracasará o, en todo caso, que esto ocurrirá hoy.
Lo que ahora es clave es el resultado de la reunión que por segundo día mantienen los ministros de siete potencias comerciales consideradas claves en esta negociación (Australia, Brasil, China, Estados Unidos, India, Japón y la Unión Europea).
Se considera que si entre ellas logran ponerse de acuerdo, la posibilidad de alcanzar un consenso entre los 153 miembros de la OMC es realista.
Ello a pesar de que algunos países fuera de ese exclusivo "club" han advertido que no firmarán los textos que se negocian tal como están: Argentina está de acuerdo con la liberalización de los mercados industriales que propone, y Ecuador quiere antes resolver su disputa del banano con la UE.
En medio de esta situación ha caído como un balde de agua fría la advertencia de hoy del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, de que su país no firmará el acuerdo tal como está, lo que suma incertidumbre.
En tanto, el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, ha alertado hoy al Consejo de Ministros de la UE -reunido de manera extraordinaria en Ginebra- sobre el "riesgo de un fracaso".
La Unión Europea mantiene que ya ha realizado concesiones suficientes y que ahora le toca recibir alicientes del resto de socios de la OMC, particularmente en cuanto a la apertura de los mercados industriales de los países emergentes, donde ve grandes oportunidades de negocios.
Estados Unidos comparte ese interés y para lanzar en serio la negociación anunció el segundo día de reuniones que rebajaría sus subsidios agrícolas a un límite de 15.000 millones de dólares anuales, una oferta recibida con frialdad por sus socios, particularmente por los países en desarrollo.
Desde hace varios años, los países emergentes han visto evaporarse sus posibilidades de aumentar su competitividad agrícola, ya que en el mercado internacional ciertos productos estadounidenses pueden resultar -gracias a las millonarias subvenciones que entrega Washington- más baratos que los productos de África.
Los negociadores consideran que esta propuesta no sólo es insuficiente, sino tardía.
De cara a las negociaciones de esta noche, se teme que una reiteración de las posiciones escuchadas hasta el cansancio, el agotamiento de los negociadores por una parte y la frustración de ciertos países que se sienten excluidos de una negociación que se ha reducido a siete miembros, puedan llevar a un colapso del proceso.
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