Este artículo se publicó hace 14 años.
Obama pide apoyo al Congreso para aprobar la reforma financiera
El presidente de EEUU, Barack Obama, pidió hoy la ayuda del Congreso para concretar la reforma del sistema financiero y advirtió de que no lograrla sería demasiado caro para el país.
"Mi esperanza es que demócratas y republicanos encuentren un terreno común y avancen juntos. El costo de la inacción será demasiado grande", manifestó Obama en su habitual discurso radiofónico de los sábados.
La reforma financiera que se debate en el Congreso de EE.UU. tras la aprobación de la reforma sanitaria el mes pasado es la próxima prioridad en política nacional que se ha impuesto el Gobierno.
El presidente señaló que la crisis económica que sufrió el país durante los dos últimos tuvo entre otros origen en la industria financiera.
"Está claro que esta crisis pudo haberse evitado si las empresas de Wall Street hubieran sido más responsables, si los contratos financieros hubieran sido más transparentes y si los consumidores y accionistas hubieran tenido más información y autoridad para tomar decisiones", señaló.
Agregó que la irresponsabilidad que no solo fue de las empresas de Wall Street sino también de Washington y significó la pérdida de ocho millones de fuentes de trabajo, de miles de millones de dólares en ahorros y "la negación de innumerables sueños".
Obama aseguró que la reforma protegerá como nunca antes al consumidor y le dará mayor autoridad al obligar a los grandes bancos y compañías de tarjetas de crédito a suministrar información clara y comprensible para que los estadounidenses puedan tomar decisiones financieras que les sean redituables.
También eliminará los resquicios legales que permitieron la irresponsabilidad de los ejecutivos que no solo pusieron en peligro a sus empresas sino a toda la economía.
"Vamos a poner en vigencia nuevas normas para que sean los grandes bancos e instituciones quienes paguen por las malas decisiones que tomen (...) no lo contribuyentes", manifestó.
Sin embargo, en un discurso ante académicos y empresarios pronunciado el viernes Obama advirtió de que vetará cualquier ley sobre regulación del sistema que no imponga límites al mercado de derivados.
Los derivados son unos productos sofisticados ideados como un seguro contra los altibajos en los precios o las cotizaciones, si bien en la última década se popularizaron como mercados no regulados de apuestas y especulación, lo que les situó en el epicentro de la crisis.
La legislación que se debate prevé regular el mercado de derivados, si bien la oposición republicana se opone firmemente a este extremo.
Los 41 senadores republicanos, en una cámara de cien escaños, enviaron una carta al líder de la mayoría demócrata en ese foro, Harry Reid, para advertirle de que votarán por unanimidad en contra de la legislación la próxima semana.
Obama explicó que el mercado de derivados debe contar con una regulación estricta porque, de otro modo, se dejaría la puerta abierta a que se repita la situación.
"No podemos dejar que se repita la historia", declaró el presidente estadounidense.
"Vetaré cualquier legislación que no controle el mercado de derivados con algún tipo de marco regulador y se asegure de que no volvemos a caer en el mismo tipo de desastre que hemos visto en el pasado", agregó.
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