Este artículo se publicó hace 15 años.
La obra más grande de la pintura española sale del MNAC para su restauración
El cuadro más grande de la pintura española, "El gran día de Girona", una obra monumental de 5,4 metros de altura y casi 12 de longitud, ha salido hoy del MNAC para ser restaurado y a partir de otoño se instalará en la nueva sede de la Generalitat en Girona.
En los últimos tres días, los restauradores del MNAC han realizado un primer examen del estado de conservación de la pintura, que estaba enrollada en un cilindro en la reserva el museo.
Los técnicos han vuelto hoy a enrollar la gran tela para su traslado al Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña, en Sant Cugat del Vallés (Barcelona), donde se llevará a cabo el proyecto de intervención elaborado por el museo.
A partir de otoño de 2010, la obra de Martí Alsina quedará instalada en el auditorio del antiguo hospital de Santa Caterina, nueva sede de la Generalitat en Girona, en exposición permanente, gracias a un convenio de colaboración firmado entre el MNAC, la Generalitat y Caixa Girona.
"El gran día de Girona", sin duda la empresa artística más ambiciosa de la pintura catalana del siglo XIX, más grande que "La batalla de Tetuán", de Fortuny, y que el "Guernica", de Picasso, representa un episodio de la Guerra de la Independencia, sucedido en Girona el 19 de septiembre de 1809 y pintado cinco décadas después.
Los cuadros de temática histórica ocuparon un lugar destacado en la pintura española a partir de la creación de la Academia de San Fernando en la segunda mitad del siglo XVIII.
Ramón Martí Alsina se inició en la pintura de historia con la obra "El último día de Numancia", que presentó en la Exposición Nacional de 1858, donde fue adquirida por el Estado.
Este éxito motivaría al artista a pintar otra obra del género, "El gran día de Girona", para el que se documentó a fondo sobre la Guerra de la Independencia en Girona, tanto en relación con los hechos concretos que representa la escena como con la indumentaria de los personajes.
La jefa de la colección de arte moderno del MNAC, Mercè Doñate, ha explicado hoy que "la cantidad de figuras incluidas en la escena, sin precedentes en la historia de la pintura española, le obligó a encargar un gran número de trajes hechos a medida para los modelos e incluso tuvo que disponer de una sala de grandes dimensiones, la gran sala del Casino de Sants, que convirtió en su taller".
"El gran día de Girona", comenta Doñate, fue adquirida por el arquitecto Joan Nepomucè Font Sangrà, el principal coleccionista de la obra de Martí Alsina, quien ofreció la tela al ayuntamiento para su exposición en 1898 en la sala del Palacio de Bellas Artes y su suerte fue irregular hasta que el propietario la recuperó en 1904.
A su muerte, el arquitecto legó el cuadro al Ayuntamiento de Barcelona para que pasase a formar parte del Museo de Bellas Artes.
Durante la Guerra Civil, una bomba rompió la claraboya del salón del Palacio de Bellas Artes y la entrada de agua malogró la pintura. Finalizada la guerra, en 1939, el lienzo se enrolló en un rodillo y se llevó a las reservas y así permaneció hasta principios de los años 90 cuando fue examinado por última vez.
La jefa del área de restauración del MNAC, Mireia Mestre, ha dicho a EFE que "las principales alteraciones que presenta la obra son roturas en la tela, dos de ellas transversales de 7,5 y 5,5 metros de largo, que debilitan considerablemente el apoyo, y pérdidas de capa pictórica repartidas de forma desigual en la superficie".
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