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¿Qué ocurre con la psiquiatría? La visión de un experto

Reuters

Por Frederik Joelving

La psiquiatría perdió suesencia.

Así es como el doctor Daniel Carlat, psiquiatra de Boston,describe el estado de su profesión. "En los últimos 20 a 30años, la psiquiatría pasó de ser una profesión en la quetratábamos de entender a la persona y su psicología a una en laque diagnosticamos enfermedades y medicamos", dijo.

"De ese modo, en ese tiempo, perdimos la curiosidadpsicológica. Y ese es el alma de la psiquiatría", agregó.

Reuters Health dialogó con Carlat sobre su nuevo libro"Unhinged: The Trouble With Psychiatry. A Doctor's RevelationsAbout a Profession in Crisis" (Free Press, 18 de mayo del2010).LLa

Carlat indicó que todo comenzó con la aparición de losfármacos como Prozac (fluoxetina), un inhibidor selectivo de larecaptación de la serotonina (ISRS), que fue aprobado en 1988.

Gracias al Prozac y a sus primos, como Zoloft y Paxil, y asus efectos adversos relativamente limitados, las recetas semultiplicaron.

Hoy, los psiquiatras pasan 20 minutos con un paciente detanto en tanto, básicamente para ajustar los medicamentos, adiferencia de la hora o más que se necesita por semana paracomprender los problemas del paciente.

Algunos aseguran que eso refleja una ciencia más madura,que resuelve los problemas más rápido y más eficientemente.Pero, según Carlat, eso no es necesariamente así.

También se produjo un cambio en la forma de pensar y hablarde los trastornos mentales. En el caso de la depresión, porejemplo, los médicos hablan de una deficiencia delneurotransmisor serotonina.

A primera vista, eso tiene sentido, pero sólo significa quelos ISRS pueden tratar la depresión y no que los psiquiatraspueden comprender qué sucede en el cerebro, señaló Carlat. Dehecho, nunca nadie halló una prueba de la deficiencia de laserotonina.

"Tenemos una forma abreviada y 'neurologizada' de hablarlea los pacientes, y usamos términos como deficiencia de laserotonina o de la epinefrina". Pero se preguntó: "¿Sabemos dequé estamos hablando cuando usamos esas palabras?".

Mientras que nadie comprende por completo lo que sucede enel cerebro de una persona con depresión, Carlat sostuvo que laindustria farmacéutica aprovechó rápidamente el modelo médicode la enfermedad mental para promocionar sus fármacos costososde manera cuestionable.

Y él sabe de qué habla. En el 2001, el gigante farmacéuticoWyeth le ofreció 750 dólares a cambio de tener un almuerzobreve con médicos de atención primaria.

La idea básica era respaldar los fármacos psiquiátricos dellaboratorio, como Effexor. Wyeth, que luego pasó a integrarPfizer, le proporcionó una presentación y lo llevó aconferencias muy costosas, donde líderes de opinión de lapsiquiatría hablaron sobre los últimos ensayos clínicos.

"Sabía que si quería tener otro trabajo, otra llamadatelefónica, otra invitación a cambio de otro cheque por 750dólares, tenía que decir algo positivo sobre sus fármacos y quetendría que disimular algunos de sus efectos adversos", admitióCarlat.

Luego de haber cobrado 30.000 dólares y reconocer que sehabía convertido en un arma alquilada, comenzó a hablarfrancamente sobre los efectos adversos.

Al día siguiente, recordó, un representante del laboratoriollegó a su consultorio y le preguntó si había estado enfermo,como si esa fuera la única explicación lógica de sucomportamiento.

"Los médicos generalmente piensan que otros médicos no vana decepcionarlo, pero, desafortunadamente, eso no es así", dijoCarlat, que describió esa experiencia en The New York TimesMagazine.

"Los médicos son tan vulnerables a la tentación del dinero,el marketing y los incentivos financieros como cualquierpersona", aseveró.

COMO CURAR A LA PSIQUIATRIA

Minimizar los conflictos de intereses no le devolverá suesencia. Para empezar a desandar ese camino, Carlat sugirió ensu libro una combinación entre la psicoterapia y lapsiquiatría.

Pero hay un problema: hoy, los psiquiatras no tienen tiempopara más que diagnosticar y medicar a sus pacientes. De hecho,ni siquiera tienen tiempo para eso.

Según un nuevo estudio, indicó, hay que sumar 40.000redactores de recetas de medicamentos psiquiátricos a los30.000 existentes para reducir la brecha en el sistema de saludde Estados Unidos. Entrenar a tantos psiquiatras seríaextremadamente costoso.

¿Cuál es la solución? Entrenar un poco más a los psicólogosy dejarlos recetar los fármacos más comunes. "Tenemos entre80.000 y 100.000 psicólogos en el país (...) y la mayoría sabelo que hay que saber para ser un buen psiquiatra", finalizóCarlat.

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