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La OTAN tratará de relanzar la misión en Afganistán con más tropas

EFE

Francia y al menos otros diez países tienen previsto anunciar durante la Cumbre de la OTAN en Bucarest el envío de más soldados a la misión en Afganistán, que atraviesa un momento crítico por el descontento de los socios que han perdido más soldados en la operación.

Se ha venido especulando con que Francia enviaría un batallón de mil soldados para cubrir, directa o indirectamente, a Canadá, que con ochenta bajas desde 2002 ha amenazado con retirar sus tropas si no recibe ayuda en el sur, la zona más conflictiva.

Sin embargo, hoy el primer ministro francés, François Fillon, ha cifrado en "algunos centenares" la contribución del Gobierno de Nicolas Sarkozy, rechazada por la izquierda y la mayoría de la población.

Alemania, Portugal, Bélgica, República Checa, Hungría, Polonia, Albania, Eslovaquia y Singapur prevén anunciar contribuciones más modestas.

La OTAN pedirá el próximo jueves que los socios asuman mayores compromisos en Afganistán, como parte de una nueva estrategia para acelerar la transición de poderes a las fuerzas locales, ante la constatación de que la violencia ha ido en aumento en el país desde que comenzó la misión aliada.

La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en la actualidad cuenta con unos 47.000 soldados de casi cuarenta países, entre ellos los 26 miembros de la Alianza.

Según los cálculos estratégicos de la OTAN, faltarían aún otros 7.000 efectivos, además de medios logísticos y de inteligencia.

El deseo de EEUU y otros países como Reino Unido, Canadá, Holanda y Dinamarca es que nuevas tropas acudan en auxilio de las suyas, desplegadas en los feudos talibanes y de Al-Queda, principalmente en el sur.

La ISAF estima que un 94% de las operaciones militares en Afganistán se producen precisamente en esta zona.

Por su parte, España no se plantea mover del oeste a sus 690 efectivos, situados en la base de Herat (FSB), la Unidad de Reconstrucción Provincial (PRT) en Qala i Naw, además de en Manás (una base norteamericana en Kirguizistán) y en Kabul.

Sin embargo, cabe la posibilidad de que España se comprometa a destinar algún equipo de enlace e instrucción operativa (OMLT, en sus siglas en inglés).

De forma paralela, durante la Cumbre se escenificará un mayor compromiso y colaboración civil para salir de una situación de violencia creciente en el país asiático.

Para ello se ha convocado una conferencia en la que estarán presentes, entre otros, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; el de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer; el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Junto al aumento de fuerzas y la colaboración internacional, la clave del documento de estrategia general político-militar a medio plazo que aprobarán los jefes de Estado y de Gobierno será la transición hacia un papel cada vez más basado en el apoyo material y logístico a las fuerzas afganas.

Un segundo documento explicará al público los motivos de la continuación de la implicación de la OTAN en Afganistán, con énfasis en el progresivo incremento del protagonismo de las fuerzas locales o en la importancia de la labor de reconstrucción que dirige la ONU.

La Alianza Atlántica es consciente de que la misión en Afganistán es a largo plazo y no quiere, mientras se desarrolla, que se le culpe de todos los problemas que sufre el país asiático, como el que conlleva ser el principal productor mundial de opio.

También existen deseos de cambiar su estrategia ante el creciente nivel de violencia, las tensiones con el presidente Hamid Karzai y la sensación de que el Gobierno de Kabul está perdiendo terreno en su lucha contra los rebeldes talibanes.

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