Este artículo se publicó hace 15 años.
Los países en desarrollo exigen una mayor presencia en el sistema financiero global
Los países en desarrollo exigieron hoy en la Asamblea General de la ONU contar con una mayor presencia en la arquitectura financiera internacional, que consideran dominada por los países ricos causantes de la actual crisis económica global.
Los representantes de las economías pobres reiteraron en la cumbre organizada por Naciones Unidas para buscar soluciones a la crisis, que la reforma de los mercados y las instituciones financieras globales es ineludible.
"Hemos de crear una nueva arquitectura financiera que nos haga independientes de los mercados especulativos internacionales", dijo el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en su intervención ante la Asamblea, en la que pidió a los países pobres que se libren del "chantaje" al que, en su opinión, les han sometido las naciones más ricas.
El mandatario suramericano subrayó que la solución a la crisis económica y financiera global debe salir del "G-192", que agrupa a todos los países miembros de este organismo multilateral, y no de otros grupos reducidos como el G-8 o el G-20.
Correa formuló duras críticas hacía las políticas económicas de Estados Unidos, así como del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), a las que señaló como el origen de la crisis financiera y económica que azota a todas las economías del planeta.
Aseguró que los países en desarrollo, que no tuvieron responsabilidad en el desplome de los mercados financieros, ahora son la "víctima principal" de la crisis.
Correa fue el único jefe de Estado en tomar la palabra en la jornada de hoy, después de que el presidente de Bolivia, Evo Morales, se viera obligado a cancelar su intervención debido a la avería del avión que debía trasladarlo desde Venezuela, donde asistió el miércoles a una reunión regional.
Al igual que el presidente ecuatoriano, otras delegaciones exigieron una reforma profunda de los mercados y los organismos financieros globales.
El ministro de Economía de El Salvador, Héctor Miguel Dada Hirezi, reclamó a los mecanismos financieros internacionales que "tengan un contenido solidario".
"La gravedad de lo que sucede en el mundo en este momento, la poca capacidad de respuesta que los mecanismos a escala mundial han tenido frente a un fenómeno de escala mundial, muestran con claridad la necesidad de un cambio de visión", agregó en su discurso ante la Asamblea General.
Los países en desarrollo señalaron que los 1,1 billones de dólares en ayuda ofrecidos en abril por el grupo de las 20 principales economías del mundo (G-20) no son suficientes para abordar las graves consecuencias de la crisis en sus tejidos económicos y sociales.
El ministro de Hacienda de Nicaragua, Alberto Guevara, lamentó que la gran banca haya recibido rescates financieros de "trillones de dólares", mientras países como el suyo se ven obligados a adoptar duras medidas de ajuste.
"Actualmente los responsables de la crisis debido a la irresponsabilidad motivada por la avaricia están siendo premiados sin ninguna depuración de responsabilidades, mientras las víctimas de la crisis son simplemente daños colaterales", apuntó en su intervención.
Por su parte, el gobernador del Banco Estatal de Pakistán, Syed Salim Raza, respaldó la propuesta recomendada por el grupo de asesores económicos de la Asamblea General de construir nuevas entidades financieras multilaterales enclavadas en la ONU.
"La idea de establecer un Consejo de Coordinación Económica Global, preferiblemente bajo el Consejo Económico y Social de la ONU, para abordar el funcionamiento del sistema económico global debería considerarse con seriedad después de esta conferencia", apuntó.
Esta es una de las medidas propuestas por el grupo de expertos encabezado por el Premio Nobel de Economía estadounidense, Joseph Stiglizt, partidario de transformar radicalmente la arquitectura económica internacional y abandonar el dólar como divisa internacional.
Sin embargo, el documento final que la Asamblea General tiene previsto adoptar el viernes se limita a instar a instituciones como el FMI a ser más flexibles en la concesión de préstamos al mundo en desarrollo, al tiempo que aboga por avanzar en la reforma de la estructura de estas organizaciones financieras.
Según el Banco Mundial, los flujos de capital privado a las economías en desarrollo se han reducido en un 82 por ciento desde 2007, por lo que afrontan un "déficit financiero" de 700.000 millones de dólares que agravará la situación de pobreza de sus poblaciones.
Unos 100 millones de personas más se verán abocados a la extrema pobreza cada año que dure esta crisis, según cifras de Naciones Unidas.
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