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Los países emergentes alzan la voz contra la estructura financiera internacional

EFE

Los países emergentes alzaron hoy la voz contra las estructuras del sistema financiero internacional, de las que dijeron que "fallaron" al no prevenir la actual crisis, en vísperas de una reunión del G-20 que discutirá cambios en el orden económico mundial.

El reclamo partió de los ministros de Finanzas de los Bric (Brasil, Rusia, India y China) más Sudáfrica y México, que se reunieron hoy en Sao Paulo para unificar posturas de cara a la cita de mañana y el domingo en esta misma ciudad.

Los emergentes enfilaron baterías contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que en su opinión no representan la composición del mundo económico actual, y contra las naciones desarrolladas, con las que comparten mesa en el G-20, por no saber atajar la crisis.

"No vamos a exigir resarcimiento por los errores cometidos por los países avanzados, pero vamos a exigir plazos (para las soluciones) que sean los más rápidos posibles para revertir el ambiente de recesión", dijo el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, en una rueda de prensa.

Según Mantega, los emergentes concluyeron "que es preciso hacer una reformulación del sistema financiero internacional creado en Bretton Woods", en referencia al FMI y al BM, porque "no lograron detectar a tiempo el problema" que comenzó en Estados Unidos, pasó a Europa y tiene al mundo al borde de una recesión.

En concreto, el bloque reunido hoy pidió "que se repiense el sistema financiero internacional y se reformen instituciones donde los emergentes no tienen voz activa".

Explicó que ahora, a diferencia de la época de la posguerra, cuando se crearon el FMI y el Banco Mundial, el peso del crecimiento económico no recae sobre las naciones desarrolladas sino sobre las emergentes, que generan el 75 por ciento de esa expansión.

Por eso, los llamados Bric, más Sudáfrica y México, reclamaron una mayor participación en ambas instituciones y, según Mantega, están "dispuestos a asumir las consecuencias financieras" que conllevaría una representatividad más amplia en el FMI y el BM.

"Es necesario que los organismos multilaterales representen la nueva correlación de fuerzas en el mundo", insistió el ministro brasileño.

Esa postura será presentada este fin de semana en la reunión anual de ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales del G-20, que ha adquirido una relevancia especial porque ocurre en medio de la crisis financiera y cuando falta una semana para la cumbre del bloque convocada para el 15 de noviembre en Washington.

El G-20 está formado por los países del G-7 (EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia y Francia), además de Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía, más la Unión Europea (UE) como bloque.

La posición crítica alcanzó también al G-7, del que dijeron que ha resultado "insuficiente para dar solución a los problemas" generados por la crisis financiera, razón por la cual propusieron que se amplíe para que acoja a los principales emergentes.

"O el G-7 cambia y se transforma en el G-14 o preferimos fortalecer el G-20", anotó el ministro bajo la consigna de que "una crisis mundial solo puede ser combatida con acciones coordinadas de los países".

Igualmente reclamaron a los países desarrollados medidas más amplias para restablecer el crédito internacional y la confianza en las economías, mermada por la poca fe que los consumidores tienen ahora en las instituciones financieras, donde se originó el desbarajuste actual.

Con base en eso propondrán en el seno del G-20 que se definan "reglas más sólidas para impedir los abusos en el sector financiero", en especial de los fondos de inversión, señalados como culpables de las operaciones que llevaron a la quiebra a numerosas instituciones del sector.

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