Por Ori Lewis

Los palestinos lograron finalmente disputar un partido internacional de fútbol en su territorio, en medio de una multitud que vio cómo su equipo empataba 1-1 con Jordania.

La selección palestina, reconocida por la FIFA hace una década, jugó el domingo en un nuevo estadio de 6.500 localidades en Al-Ram, en la ocupada Cisjordania, en un encuentro al que asistió el presidente de la FIFA, Sepp Blatter.

Las tribunas estaban abarrotadas de simpatizantes y cientos siguieron el partido también desde casas cercanas o subidos a coches para ver cómo los palestinos se ponían por delante en el marcador con un gol de Ahmed Kashkash a los cuatro minutos. Jordania empató en el minuto 48, con un tanto de Raed Nawatir.

El acontecimiento, que se celebró en medio de un importante operativo de seguridad, contó con la asistencia de Blatter, que se encuentra en una gira de cuatro días por Jordania e Israel.

La multitud dio a Blatter una calurosa bienvenida, ondeando banderas y con retratos en alto del presidente palestino, Mahmud Abas, del rey jordano Abdulá y del fallecido Yasir Arafat.

Blatter dijo que el partido "demostraba que el fútbol podía traer esperanzas".

"Estamos aquí para cumplir un sueño, es el equipo nacional de Palestina jugando en su propio estadio", declaró Blatter a la prensa tras reunirse con Abas en la localidad cisjordana de Ramala.

Anteriormente, el equipo palestino había jugado todos sus partidos en el extranjero, sobre todo en el Golfo Pérsico, porque la FIFA consideraba a los territorios palestinos como inseguros para las escuadras visitantes.