Este artículo se publicó hace 11 años.
El Papa decidió renunciar hace casi un año
El director del diario oficial de la Santa Sede explica en un editorial que Benedicto XVI tomó la decisión de cesar el cargo tras su viaje a Cuba y México
La decisión de Benedicto XVI de renunciar a su Pontificado se tomó "hace muchos meses, tras el viaje a México y Cuba, y con una reserva que nadie pudo romper, después de haber examinado ante Dios reiteradamente la propia conciencia a causa de la acanzada edad", según explica el director del diario oficial de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian, en un editorial de este martes.
El Papa realizó un viaje a Cuba y México entre el 23 y el 29 de marzo de 2012, con lo que la decisión anunciada este lunes se habría tomado hace poco menos de un año.
Para Vian, el anuncio del Papa es "un acontecimiento sin precedentes, y consecuentemente ha dado enseguida la vuelta al mundo". "Benedicto XVI ha explicado, con la claridad propia de él, que ya no tiene fuerzas 'para ejercer adecuadamente' la enorme tarea que se pide a quien es elegido para gobernar la barca de Pedro y anunciar el Evangelio. Por esto y sólo por esto, el Romano Pontífice, muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad ha renunciado al ministerio de obispo de Roma que le fue encomendado el 19 de abril de 2005".
Por otra parte, el director del diario oficial de la Santa Sede ha indicado que las palabras que Benedicto XVI ha elegido muestran de modo "transparente" y el respeto a las condiciones previstas por el Derecho Canónico para la dimisión de este cargo "sin parangón en el mundo dado su peso real y la importancia espiritual". "El cardenal Ratzinger no buscó en modo alguno la elección al pontificado, una de las más rápidas de la historia, y la aceptó con la sencillez propia de quien verdaderamente confía su vida a Dios", añade.
También subraya que la renuncia de Benedicto XVI al pontificado es una decisión "libre y sobre todo confiada en la providencia de Dios" y asegura que Benedicto XVI "sabe bien que el servicio papal, 'por su naturaleza espiritual', debe ser llevado a cabo también 'sufriendo y rezando', pero subraya que 'en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe', para un Papa 'es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu', vigor que en él naturalmente va disminuyendo".
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