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Pardeza se va del Zaragoza con la conciencia tranquila, triste y con las manos limpias

EFE

Miguel Pardeza se despidió hoy como director deportivo del Real Zaragoza, cargo al que renunció de forma irrevocable tras descender el equipo a Segunda División, con la "conciencia tranquila", "triste" y "con las manos limpias".

En una comparecencia ante los medios de comunicación, Miguel Pardeza, que ha desempeñado el cargo durante los últimos seis años, reconoció que se ha podido equivocar pero aseguró que ha intentado ser "honesto" y "leal" con las personas que han confiado en él.

Tras señalar que no se ve como director deportivo en otro club, explicó que la mala temporada del equipo y el descenso a la Segunda División ha supuesto un "descalabro" y un "batacazo", pero que no ha habido un único responsable de la situación, sino la suma de todos, los que han estado en el banquillo y fuera de él, y a circunstancias y avatares unas veces explicables y otras no.

Ante este "desaguisado", Pardeza pidió disculpas por los errores que ha podido cometer a los aficionados y a la gente que quiere al Real Zaragoza, equipo al que llegó como director deportivo en la anterior ocasión en la que bajó a Segunda División, en 2002, logrando subir a Primera División al año siguiente.

Pardeza, que durante once años fue jugador del Zaragoza, reveló que su decisión de abandonar la dirección deportiva la había tomado hace meses pero que no la hizo efectiva para no desestabilizar más la situación ante la sucesión de los malos resultados.

Los seis años que ha estado como director deportivo le han permitido conocer mejor el mundo del fútbol y a sí mismo, personal y profesionalmente, y ha reconocido que le hubiera gustado hacer más cosas pero las urgencias han reducido el margen de maniobra.

"No me voy del todo insatisfecho", añadió Pardeza, quien expresó su tristeza por marcharse ahora, a la vez que reconoció que en agosto pasado, con la plantilla reunida, nadie pensaba que se pudiera llegar a esta situación.

Al respecto, se refirió a la "borrachera" de expectativas que se generaron entonces, alejadas de la realidad, aunque admitió que la virtualidad de la plantilla ha estado muy por encima de lo que han rendido en el campo, lo que evidencia que no ha habido una buena gestión de los recursos.

A los jugadores reprochó que quizá no han tenido conciencia de equipo, de lo que se estaba jugando, lo que les ha hecho aparecer más como "una suma de egos" que como una estructura bien ensamblada.

Del cese de Víctor Fernández, el primero de los cuatro técnicos que tuvo el club esta temporada (Ander Garitano, Javier Irureta y Manuel Villanova han sido los otros tres), dijo que no sabe si fue un error su marcha, es "muy difícil determinarlo", aunque fue una decisión adoptada por los malos resultados, nueve partidos sin ganar.

Del jugador argentino D'Alessandro, que abandonó el club por su difícil relación con algunos jugadores y con el entrenador, afirmó que se convirtió en "una cabeza de turco" y que quizá a Víctor Fernández le faltó mano izquierda en este asunto.

Pardeza reconoció que una de las situaciones más duras e insólita la vivió con Ander Garitano, con el que tiene muchos vínculos personales, una apuesta suya para dirigir al equipo que sólo duró dos partidos, ya que el vasco dimitió once días después de hacerse cargo de la plantilla.

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