Este artículo se publicó hace 15 años.
Una pareja se arroja por un acantilado con el cadáver de su hijo
El pequeño falleció a los cinco años de meningitis, pero llevaba mucho tiempo inmovilizado después de ser atropellado por un coche
Una pareja se ha suicidado en Inglaterra porque no podía soportar la pérdida de su hijo, que un día antes había fallecido de meningitis. La muerte de Samuel, de cinco años, sumió a la pareja en una tristeza profunda, que le llevó a arrojarse por un acantilado de Beachy Head, en East Sussex. Junto a ellos apareció una mochila, en cuyo interior se encontraba el cuerpo del pequeño.
Kazumi Puttick y su marido Neil (de 44 y 34 años) llevaban tiempo cuidando a Samuel, que había quedado postrado en una silla de ruedas tras ser atropellado por un coche. Estaba paralizado de cabeza para abajo y, tras nueve meses en un hospital, su casa fue adaptada para que el niño pudiese regresar con sus progenitores.
Instalado en su hogar y objeto de todo tipo de atenciones y cuidados (dependía de un ventilador las 24 horas del día), el crío sufrió un ataque de meningitis y tuvo que ser ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Bristol. Tenía cinco años y su situación era grave.
Un portavoz de la seguridad social británica explicó que cuando tuvieron conocimiento de que no había esperanza de recuperación, el niño fue trasladado a su casa en Westbury (Wiltshire) para morir en paz. Su muerte supuso un mazazo para sus padres, que optaron por quitarse la vida en los peñascos de Beachy Head, cerca de Eastbourne, un lugar elegido por muchos suicidas para dejar este mundo.
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