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¿Qué piden los niños a un dibujo animado?

EFE

Ni David el Gnomo, ni D'Artacan, ni Willy Fog. Carlos Biern, el director de coproducción de la compañía que los creó, BRB Internacional, reconoce que los niños cambian "mucho más rápido de lo que pensamos" y vende ahora la serie "Suckers", con episodios mudos de sólo dos minutos de duración.

"Dentro de seis u ocho años, a un niño le parecerá raro que alguna vez la familia se reuniera a una hora determinada a ver un programa de televisión o que unos dibujos animados se pudieran ver sin que él pueda tomar decisiones", explica a Efe en una entrevista durante el Mipcom Junior, que se cierra hoy en Cannes.

Con la satisfacción de haber conseguido distribución para su nueva criatura, "Sucker", en Europa, Oriente Medio y África gracias a la empresa Jetix Inc., Biern reconoce que el formato de "sketches" y sin diálogos da en el clavo con las demandas del "nuevo niño".

"Suckers", co-producida por Screen 21 -también propiedad de Biern-, TV3 y Genoma, está formada por 104 episodios en 3D, con personajes diseñados con la técnica "Art Toys" que viven en el interior de los coches y se mueven al ritmo del hip-hop.

"Ya nunca tendremos 20 millones de personas viendo un mismo canal y, desde luego, no aspiramos a tener el mismo calado popular que las de hace veinte años. Ahora la serie juvenil con más éxito la ven 400.000 personas, pero con las nuevas tecnologías hay otras formas de vender un producto audiovisual", asegura.

Y es que "los ochenta son muy nostálgicos para toda una generación, pero los niños de ahora están educados con internet y videoconsola. Están acostumbrados a algo más rápido, no quieren dramas y sí humor. Enseguida apagan la tele si algo no les gusta y no quieren episodios de media hora", asegura.

¿Hacia dónde debe mirar entonces la nueva animación?. Para Biern la respuesta está clara: hacia el mundo online. BRB Internacional, después de treinta y cinco años de trayectoria, sigue siendo pionera en sus propuestas y así, tras iniciar el pequeño formato gracias al éxito internacional de su serie "Berni", vuelve a pronosticar grandes cambios.

Según Biern, aunque "está todavía por llegar a la espera de que el ancho de banda de las conexiones a internet sea más grande", pronto se desarrollará la animación definitiva "que requiera interacción, que se adapte a una consola Wii o al iToy".

Apunta, además, que sería un sistema sin fisuras, "que cubre la grieta por la que se cuela la piratería y que ofrezca datos de audiencia reales. De esta manera, con fidelizar a 50.000 personas que sabemos que están allí y que incluso estarían dispuestas a pagar por un servicio, podríamos hablar de un público efectivo y hábil".

Carlos Biern asume las ventajas de dirigirse al público infantil. "Entre los 3 y 25 años está la gente que más utiliza internet", argumenta, y desvía la atención del público de más edad, "porque los consumidores adultos de animación son precisamente el sector que más piratea del mundo".

Pero frente al entusiasmo que le producen los nuevos mercados, Biern reivindica una mayor atención mediática e institucional para un sector "que está funcionando en el extranjero con muchos mejores resultados que la producción nacional de cine o televisión de acción real".

Para explicarse, recurre a datos objetivos: "Iron Kid", una de sus producciones, ha sido emitida en abierto en el canal de Estados unidos "Kids WB!" y recibió el premio a la mejor serie en el Animacor 2005, mientras que "Imp", su originalísima propuesta en sólo dos colores, recibió el premio a la mejor propiedad televisiva en Mipcom Junior 2006.

Además, asegura que, a pesar de que algunos de los talentos más destacables de la animación española trabajan en Los Ángeles a las órdenes de Disney o Tim Burton, asegura que "el animador español prefiere comer croquetas que hamburguesas".

"En Estados Unidos o Japón puedes encontrar un mejor sueldo, pero es en Europa donde controlas el guión, el montaje y la producción, donde no eres un señor que pone un tornillo a una gran máquina, sino que formas una parte importante del producto que estás haciendo", asegura.

Como ejemplo pone a Raúl García, que tras trabajar para Disney, estrenará en noviembre su primera película como director, "El lince perdido", una de las primeras producciones españolas rodadas en visión estereoscópica y apadrinada por el actor Antonio Banderas.

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