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Pilotos de aviones comando a distancia también afrontan estrés

Reuters

Por Phil Stewart

Volar un avión por Afganistándesde una cómoda base militar en Estados Unidos es mucho másestresante de lo que puede parecer, incluso para los pilotos queevitan el sacrificio de cruzar el océano para desplegarse y elde separarse de su familia y amigos.

La demanda insaciable de tecnología de comando a distanciaen Estados Unidos está jugando una mala pasada a la FuerzaAérea, dado que casi un tercio de los pilotos en actividad quecomandan aviones a control remoto como el Predator informansíntomas de agotamiento y el 17 por ciento muestra síntomas de"angustia clínica".

Así, el estrés comienza a minar su desempeño en el trabajo ysu vida familiar.

"La angustia clínica lleva esto a un nivel diferente", dijoel doctor Wayne Chappelle, que co-dirigió el estudio al queReuters tuvo acceso.

En comparación, alrededor del 28 por ciento de los soldadosestadounidenses que regresaron de Irak fue diagnosticado con"angustia clínica", indicó la Fuerza Aérea.

El estudio de la Fuerza Aérea también hizo surgir unasorpresa sobre las causas: la principal fuente de estrés paralos pilotos que manejan estas flotas a distancia no era ellanzamiento de misiles o el hecho de errar a un blanco en elcampo de batalla.

Aunque un pequeño número de pilotos corrió riesgo detrastorno por estrés postraumático, los mayores factores queperjudican a las tropas de aviones comandados a distancia soncuestiones como muchas horas de trabajo y equipamientoinadecuado, lo que lleva a los pilotos a su límite.

"Estamos teniendo un incremento desde el 2007 en nuestrosaviones comandados remotamente en lo que respecta a laproporción de tripulantes que no se están sintiendo tan biencomo nos gustaría", dijo el teniente general Larry James,vicedirector de personal de inteligencia, vigilancia yreconocimiento de la Fuerza Aérea.

En el 2007, la Fuerza Aérea de Estados Unidos estaba volandoapenas 10 ó 15 de estas patrullas de combate aéreo, conocidascomo CAPS en la jerga militar. Eso implica que en cualquiermomento había hasta 15 aviones de comando a distancia en el aireen distintas partes del mundo, 24 horas, 365 días al año.

Eso, comparado con más de 60 CAPS de la Fuerza Aéreaestadounidense que había en vuelo en cualquier momento el últimoverano boreal y que ahora retrocedió a 57, para ayudar a aliviarparte del estrés, dijo James.

GUERRA "A DISTANCIA"

Aunque Estados Unidos puso fin formalmente a la guerra enIrak la semana pasada y se está retirando gradualmente deAfganistán, eso no significa que la demanda de aviones decomando a distancia -llamados drones- vaya a decaer. De hecho,parece que será todo lo contrario.

"A medida que se pierden ojos en tierra, se querrían másojos en el aire", señaló James.

Aunque no se reportó que el combate sea uno de losgeneradores de estrés principales para los encuestados, afectó aalgunas tripulaciones que fueron testigos e incluso participaronen algunos de los aspectos más oscuros de la guerra a distancia.

La mayor parte de lo que hacen las tripulaciones a distanciaes vigilar y monitorear cuestiones sospechosas. Pero a vecestambién tienen blancos que derribar.

Eso implica apretar un botón que puede generar la muerte dealguien a medio mundo de distancia, luego terminar la jornada detrabajo y reunirse con la familia para, por ejemplo, ir a veruna práctica de fútbol de los hijos. Esa transición puederesultar difícil para los soldados.

"Cuando tienen que matar a alguien, y cuando estáninvolucrados en misiones donde están observando a personasdurante largos períodos de tiempo, y luego las matan o ven quemueren eso les hace repensar aspectos de su vida y eso puede serperturbador", dijo el teniente coronel Kent McDonald, quetambién participó del estudio.

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