Este artículo se publicó hace 13 años.
Las prejubilaciones reabren la guerra Feijóo-Ordóñez
La cicatriz de sus heridas nunca cerrará. Uno, Alberto Núñez Feijóo, porque siempre vio como un peligro la injerencia de Miguel Ángel Fernández Ordóñez en el futuro de Caixa Galicia y Caixanova, sus cajas. El otro, el gobernador del Banco de España, porque nunca perdonará haber perdido su mapa de alianzas de las cajas en un despacho de la Moncloa. Allí, Rajoy pactó con Zapatero el futuro común de las dos cajas gallegas. Así lo quería el presidente de la Xunta. Así se lo dijo al gobernador en un encuentro en la casa gallega en Madrid, no muy lejos del Banco de España, a donde Feijóo se negó a acudir, antes de que se iniciase el posterior baile de las fusiones entre las cajas de ahorros.
"Caixa Galicia y Caixanova acabarán fusionadas", le retó Feijóo a un gobernador que pretendía una triple alianza conformada por Caixa Galicia, Caja Madrid y la CAM.
Con el dibujo roto y la sonrisa en los despachos de la Xunta, el enfrentamiento sólo ganó en hostilidad. Una relación rota que necesita poca mecha para regresar al cruce de acusaciones. Desde el martes, unos acusan a los otros (da igual el orden de los bandos) de ser responsables de no frenar el pago de 20 millones de euros, en concepto de prejubilaciones, a cuatro ex altos directivos de Novacaixagalicia, la entidad diseñada por Feijóo.
Fuentes del Banco de España aseguran que nunca dieron autorización a esas indemnizaciones porque no tienen competencias en materia de retribuciones. Sólo si afectan a la solvencia de la entidad puede el organismo supervisor impedir su pago, aseveran. Sin embargo, el órgano supervisor cuenta con un registro actualizado de banqueros en el que se detallan contratos y patrimonios de estos.
"Es de las comisiones de retribución de las antiguas cajas de donde viene el problema"
Lo que no explican desde el supervisor es si ya han estudiado la cuestión para haber llegado a la conclusión de que el pago de 20 millones de euros para cuatro directivos no daña sus recursos propios habida cuenta de que la entidad sólo ganó 26 millones en el primer semestre y que las indemnizaciones habrían venido muy bien para reforzar sus recursos propios y quizá aminorar la factura de ayudas públicas (3.627 millones).
En el supervisor insisten en que la única responsabilidad de esos pagos es de la Xunta de Galicia, quien tiene la tutela de la caja. Aun así, el Banco de España reconoce que mirará ahora (con la entrada del FROB en su accionariado) si los contratos se ajustan totalmente a la legalidad con el objetivo de encontrar alguna irregularidad que le permita invalidar esos pagos.
"El Banco de España tiene conocimiento de todos los contratos de altos directivos de las cajas"
"Nosotros desconocíamos estos datos, pero el Banco de España tiene conocimiento de todos los contratos de altos directivos de las cajas", responden en la Xunta.
Tras el cruce de declaraciones, se amontonan las dudas. Según la LORCA, la ley orgánica reguladora de las cajas, las comunidades autónomas cuentan con un representante, con voz pero sin voto, en la Comisión de Control, órgano que vela por la legalidad de las decisiones y acuerdos de la entidad. En el caso de las indemnizaciones de Novacaixagalicia, esta comisión aún no ha recibido el acta del Consejo que, el pasado 25 de agosto, aprobó el pago de estas indemnizaciones. Por tanto, formalmente, la Xunta aún no ha sido notificada de este acuerdo.
Veto de la Xunta¿Podría el Gobierno gallego intentar paralizar el acuerdo en la Comisión de Control? "Aunque lo promulgase, valdría de poco, porque lo que han percibido los altos directivos es lo que reflejaban sus contratos. Por tanto, no hay ninguna ilegalidad. Otra cosa es que se pueda considerar moral o no", aseguran en un par de bancos y cajas.
Como ha sucedido en todas aquellas cajas fusionadas y en los nuevos bancos, no nacionalizados o intervenidos, surgidos de las cajas, los miembros del comité de alta dirección han mantenido la misma formulación de los contratos (fijo, variable, dietas, indemnizaciones, plan de pensiones y prejubilaciones) que firmaron al entrar en la caja de origen. Es decir, José Luis Pego, Óscar Rodríguez y Gregorio Gorriarán llegaron a Novacaixagalicia con las condiciones que disfrutaban en Caixanova. Sólo Javier García de Paredes vio cómo se mejoraban sus condiciones, y por tanto ingresos, con respecto a su contrato de director general de Caixa Galicia. Fue el agradecimiento de Julio Fernández Gayoso por su papel activo en el proceso de fusión.
"Es de las comisiones de retribución de las antiguas cajas de donde viene el problema. Novacaixagalicia tan sólo ha asumido esos acuerdos", asegura un consejero de la fusionada entidad gallega. Curiosamente, cinco de los seis integrantes del órgano que controla los sueldos en Novacaixagalicia ya integraban las comisiones de retribución de las dos cajas. Julio Fernández Gayoso, Pilar Cibrán y Alfonso Zulueta, por Caixanova; y Mauro Varela Pérez y Enrique Porteiro, por Caixa Galicia. Apenas Salvador Fernández Moreda, amigo íntimo de Gayoso, debuta en la caja fusionada. En su entorno se asegura que los 20 millones pagados en prejubilaciones no pasaron por sus manos.
Lejos del ruido de las balas, José María Castellano, nuevo presidente de NCG Banco, ha tomado medidas. Reformulará esta comisión y los acuerdos, con cambio de algunos miembros, para adaptarlos a la nueva situación. Un banco nacionalizado al 93% que puede acabar en manos de otra entidad. Sólo así se acabará la guerra entre Ordóñez y Feijóo.
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