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Los premiados en Investigación advierten de que los estudios genéticos "están aún en la Edad Media"

EFE

Los biólogos Ginés Morata y Peter Lawrence, Premio Príncipe de Asturias de Investigación 2007, han advertido del "inevitable" retraso en aplicar a la curación de enfermedades los avances en el terreno de la genética, una cuestión en la que la ciencia "se encuentra todavía en la Edad Media".

Ambos científicos, que colaboran desde hace treinta años, recibirán el viernes en Oviedo este galardón, con el que se ha querido distinguir el "valor universal" de su trabajo y la repercusión "para la medicina del futuro" de sus investigaciones, que les han valido el respaldo de doce Premios Nobel a su candidatura.

Sus descubrimientos han permitido conocer los procesos de formación de organismos complejos o el proceso de envejecimiento y las alteraciones genéticas que provocan enfermedades como el cáncer.

"En la construcción de un edificio la información viene en un plano de dos dimensiones. El diseño de los animales viene en una dimensión (el ADN) y hay problemas para interpretar la información y descodificarla. Sabemos que está ahí, pero no cómo se utiliza, dónde se escribe el tamaño de la mano o la forma de la nariz", ha señalado Lawrence.

Según el biólogo inglés, una vez que se completen estas investigaciones sus resultados podrán utilizarse "para bien" ante determinadas patologías, aunque, a juicio de su colega español, es "inevitable" que los grandes avances logrados en el campo de la biología celular básica tarden mucho en ser aplicados a los humanos.

"Ahora se está haciendo una acumulación de información que algún día será muy importante para los médicos y los clínicos que tengan que aplicarlos a la biomedicina", ha asegurado Morata.

Las investigaciones de ambos se han centrado en el estudio de la arquitectura biológica de la denominada 'mosca del vinagre', que comparte con el hombre un 60 por ciento de su genoma, con el objetivo de conocer la biología del desarrollo humano y desvelar en el futuro información sobre cuestiones celulares de regeneración de órganos.

"¡Sabemos tan poco y queda tanto por aprender!", ha lamentado Lawrence, antes de incidir en la necesidad de abordar en primer lugar el estudio del comportamiento de los genes de las moscas o los gusanos, una vez constatado que hacen "lo mismo" en ellos que en los humanos.

En este sentido, el biólogo español ha recordado que cuando comenzaron a investigar sobre uno de los genes de la "mosca del vinagre" ni siquiera sospechaban que los humanos también lo tenían.

A su juicio, su principal tarea investigadora ha sido conocer "cómo se diseña el cuerpo de un animal" y los mecanismos que determinan "hasta donde crece el brazo, cómo se forma y decide que debe crecer en su sitio" o, en caso contrario, por qué algunos órganos siguen creciendo y dan lugar a procesos tumorales.

Respecto a la repercusión de galardones como el Príncipe de Asturias en el logro de una mayor cultura científica en la sociedad, Morata ha considerado "bueno" que los investigadores no aparezcan de forma permanente en los medios, a pesar de que "el porvenir de un país depende de su capacidad de progreso científico y tecnológico".

Así, ha recordado que, visto desde la actualidad, el nombre del presidente de Estados Unidos en 1907 carece de importancia frente a la teoría de la radiactividad desarrollada ese año por Rutheford y Soddy, y que lo mismo ocurre si se compara la coronación de Isabel II en 1953 con el descubrimiento por Crick y Watson de la estructura del ADN, "algo que cambió el destino de la humanidad".

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