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La profecía que se autocumple

El ejercicio de releer los 'informes económicos del presidente del Gobierno' institucionalizados por Zapatero depara algunas sorpresas. Hoy presentará el presidente su cuarto informe en La Moncloa. El primero de ellos se vistió de largo en la sede de lo que entonces era el símbolo y orgullo de la economía española: la Bolsa de Madrid. Y en esos días de abril de 2007, con una economía que crecía al 3,6 %, el presidente escribió, recogiendo sin duda el análisis elaborado por el equipo del jefe de la Oficina Económica de aquella época, David Taguas, una advertencia premonitoria sobre el déficit exterior de España y sus efectos.

He aquí un párrafo, de la página 14, que formaba parte del prólogo, y que terminaba firmado así: El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

'Sin embargo, esta situación [déficit exterior por encima del 8 % del Producto Interior Bruto] no está exenta de riesgos. El desequilibrio que se produce entre el ahorro y la inversión privados refleja unas expectativas por parte de los agentes económicos nacionales e internacionales de un elevado crecimiento económico en el futuro, por lo que la financiación exterior del déficit por cuenta corriente ha sido muy cómoda. Si estas expectativas se cumplen, el aumento de la renta irá eliminando el déficit exterior. Pero, si estas expectativas terminan siendo excesivamente optimistas, la experiencia muestra que el ajuste podría resultar costoso en términos de crecimiento y empleo'.

Aunque a primeros de 2007 ya habían aflorado síntomas sobre la incubación de una crisis financiera en Estados Unidos, en aquellos días de la primavera en los que Zapatero hacía público su primer informe todavía no había empezado la propagación de la crisis a los mercados, como ocurriría cuatro meses más tarde, en agosto de 2007.

Por tanto, en esa advertencia del informe de 2007, deslizada sin grandes ni solemnes alharacas, cuyo acierto se ha demostrado en exceso, está contenida la terrible y devastadora distancia que va de una economía con una tasa de paro que se situaba en el 8,3% al 19,8% según la EPA del tercer trimestre del 2010.

Un año y dos meses más tarde, el 23 de junio de 2008, veía la luz el segundo informe. Allí, Zapatero apuntaba: 'La crisis financiera derivada de la quiebra del mercado subprime americano ha obligado a que los mercados europeos se enfrenten, también, a menores niveles de liquidez y a mayores primas de riesgo. Este endurecimiento en las condiciones crediticias afecta de manera importante a nuestra economía, que cuenta con una necesidad de financiación exterior del 10% del PIB'.

En el prólogo, también se describía la política puesta en marcha contra la crisis. 'La rigurosa gestión presupuestaria acometida en la anterior legislatura capacita al Gobierno para que, en esta nueva coyuntura cíclica, realice una política fiscal contracíclica, que permita impulsar la demanda y aumentar la liquidez de las empresas'. De pasada, subrayaba también la diferencia en el gasto social español y europeo. 'El gasto social por habitante se encuentra en España un 34% por debajo del promedio en los 18 países europeos más prósperos, lo que en buena medida viene justificado por la creación y consolidación más tardía de nuestro Estado de Bienestar'.

El prólogo del presidente al informe correspondiente a 2009, presentado el 10 de diciembre de aquel año, ya es más breve y subraya que la crisis 'ha situado la tasa de paro en el 17,9%, una de las más elevadas de la Unión Europea'.

Más de dos años y seis meses después de que el informe advirtiera, en junio de 2008, sobre 'las mayores primas de riesgo' (diferencial entre el bono español y el Bund alemán) estamos metidos de hoz y coz en esa situación. Las mayores primas todavía están al caer si la UE y el BCE no lo remedian.

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