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Realizan una protesta en Río a unos metros del hotel de Madonna

Reuters

Por Julio Villaverde

Un sector de la famosa playa de Copacabana fue cubierta el sábado por 16.000 cocos, como símbolo de los homicidios ocurridos en el estado de Río de Janeiro en los últimos dos años, cerca del lujoso hotel frente al cual decenas de admiradores llamaban a gritos a Madonna.

"Vergüenza" decía en portugués, español, inglés y francés una pancarta sostenida en la calzada de la avenida costanera Atlántica, frente al espacio de playa en que se colocaron los cocos al salir el sol, con una gran cruz negra en el medio.

La manifestación se extendió hasta después del mediodía, cuando se presentaron familiares de víctimas de la violencia, en un acto observado de paso por personas que caminaban, trotaban o andaban en bicicleta por una ciclovía adyacente.

A unos 200 metros, frente al Hotel Copacabana Palace, decenas de admiradores gritaban "¡Madonna!, ¡Madonna!", mientras observaban las ventanas del clásico edificio blanco donde se aloja la cantante pop.

"!Que emoción!, pensar que Madonna está tan cerca", repetía un hombre de cuarenta años mientras sostenía una cámara lista para disparar.

Personas de todas las edades desafiaban el calor del mediodía, en una jornada nublada y con escasos bañistas en la famosa playa, mientras se agrupaban y sacaban fotos por turnos para grabar su presencia en el "histórico" momento.

Sin embargo, Madonna, que llevará su espectáculo musical horas más tarde al legendario Estadio Maracaná, parecía estar lejos de aparecer.

La aglomeración ante el hotel, así como el despliegue de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, era largamente mayor que en la cercana manifestación contra la violencia.

"Es increíble que haya más personas conmovidas por Madonna que con 16.000 muertes ocurridas en dos años", dijo a Reuters Antonio Carlos, fundador de Río de Paz, que organizó el acto contra la violencia.

Río de Janeiro es una de las ciudades más violentas de Brasil, donde a menudo mueren personas inocentes en los habituales enfrentamiento entre la policía y las bandas de narcotraficantes que dominan muchas de sus más de 600 favelas.

"Los cocos representan las 16.000 personas que fueron asesinadas en el estado de Río en los últimos dos años. Si todos los cráneos de las personas muertas se pusieran sobre la arena, veríamos eso", dijo Antonio Carlos.

"Estamos aquí exigiendo que el Gobierno responda a la siguiente pregunta: ¿por qué no consiguió evitar eso?", agregó, considerando "catastróficos" los números de homicidios ocurridos en el país, y particularmente en Río.

El activista dijo que las autoridades deben retomar "las áreas que están bajo el dominio de los grupos del crimen organizado".

La mayoría de las muertes violentas en Río se producen en choques entre la policía y bandas de narcotraficantes, o entre grupos delictivos rivales, pero también ocurren en diversas zonas de la capital estatal, con frecuentes víctimas inocentes, incluyendo niños.

En los últimos años, grupos de milicias formadas en parte por policías y ex agentes comenzaron a tomar el control de muchas favelas, cobrando comisiones a sus habitantes, la mayoría de ellos trabajadores.

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